Con la pandemia el uso de la cicla se disparó en la ciudad, sin embargo, en el último mes también se incrementó el hurto a ciclistas, un grave problema que amenaza con limitar el uso de este importante medio de transporte. Solo el año pasado se registraron más de 8000 bicicletas robadas en Bogotá; este año el panorama se complica aún más, solo en mayo se reportó el robo de 1009 ciclas en la ciudad, la cifra en lo corrido del año ya supera las 4700.
¿Que deberían hacer las autoridades para enfrentar este problema?
En el nuevo Plan de Desarrollo, aprobado a finales de mayo, quedó establecida una nueva herramienta que podrá usar la administración Distrital. En el artículo 109 de dicho Plan, se hace obligatorio el registro de bicicletas y se enfatiza en que toda bicicleta debe estar registrada antes de su venta.
Hay una realidad, y es que si las bicicletas robadas no tuvieran un mercado no serían tan llamativas para los delincuentes, el mercado de la bicicleta de segunda es muy grande en la ciudad y hasta ahora no tiene mayor control.
Para poder evitar la comercialización de bicicletas robadas, es necesario que la venta de toda cicla nueva o usada quede en una base de datos centralizada, a la que tenga acceso la policía y el Distrito. Pero, lamentablemente eso no es suficiente, se requiere que a toda cicla que entre al país importada se le asigne un registro único que no pueda ser modificado, en este punto tecnologías como el blockchain (una base de datos replicada en muchas partes del mundo) serán claves, este registro sería similar al de cualquier otro vehículo.
Se requiere también que cada establecimiento de comercio que compre o venda una cicla diligencie la novedad y se realicen amplios y continuos operativos de control a los lugares de distribución y venta de ciclas, en toda la ciudad, para verificar la procedencia de todo su inventario. También será importante Impulsar una campaña agresiva para que los ciudadanos no compren ciclas sin registro.
Además, se requiere del apoyo de la región, de nada sirve tener estrictos controles en Bogotá si en Soacha, Villavicencio, Ibagué, Tunja, Duitama y todos los municipios que conforman la RAPE no existe una estrategia conjunta. Si los delincuentes pueden transportar las ciclas 2 horas y comercializarlas sin problemas, la medida no tendrá la efectividad deseada.
Otra acción que puede ayudar, es mejorar y adecuar los ciclo parqueaderos de la ciudad, ya que estos en su mayoría no cumplen con características mínimas de accesibilidad y comodidad, y hacer énfasis en capacitar a los ciudadanos y a los comerciantes sobre la importancia del uso de un buen candado o guaya para salvaguardar las bicicletas.
Aunque los candados de calidad vienen enumerados de 1 a 10, de menos a más seguros, no es fácil encontrar en las tiendas de la ciudad productos para ciclas con la numeración más segura.
La ciudad afronta una realidad hace ya varios años y es que a pesar de que la Policía Nacional cuenta con más de 150 mil integrantes, Bogotá apenas cuenta con alrededor de 18 mil policías, una cifra que ha sido estática hace casi una década. Esta realidad impacta todas las formas de inseguridad incluyendo el robo de ciclas. Otra dificultad es la de judicializar a los detenidos, ya que en múltiples ocasiones estos salen libres por tratarse de un delito de menor cuantía, escasez de fiscales y jueces, o insuficientes centros de detención.
Por el momento, podríamos empezar divulgando e informando acerca de la importancia de denunciar todos los hurtos. Ahora es posible de forma virtual a través de la página: https://adenunciar.policia.gov.co/Adenunciar/default.aspx.
La denuncia podrá dar elementos para conocer la magnitud real del problema y georreferenciar con precisión las zonas en las que ocurren estos delitos, así empezar por el registro de las bicis, podrá ser el primer paso para una cultura de cuidado y seguridad en defensa de este tipo de transporte sostenible.