La crítica de los necios del futbol, acostumbrados a descalificar lindos goles, gambetas finas y elásticas, partidos inolvidables y, en general el buen juego, pasa a segundo plano, mientras se silencia a paso lento, la apoteósica final del mundial con sus efectos deportivos y sociales.
El dolor de ver un cierre ajeno, con lujo en los protagonistas. El partido del título que se jugó y se peleó con talento, sacrificio y voluntad de triunfo.
Lo curioso es que son los mismos que durante años descalificaron estrellas como James Rodríguez en sus faenas deportivas y lo hacen hoy con Messi. Diría que es la envidia de ver hacer a alguien, lo que ellos en su existencia fantasiosa de futbolistas frustrados, no pudieron.
Se fue el mundial y la vida sigue igual. Futbol con prisas, maratónico, saturados de calendarios, con torneos aquí y allá, expectativas de fichajes y luchas entre grandes en los torneos poderosos, liga de campeones y copa Libertadores.
Por estos lados, golpes de opinión en firmas de contratos con futbolistas veteranos. Darwin Quintero (35 años), al América; Dayro Moreno(38) al Once Caldas, Marrugo(37) y Sambueza(34) a Santa Fe, Teo(37) en el Cali, Cristian Zapata(36) en Nacional, Vladimir Hernandez (34) al Junior, con edad avanzada para el futbol, trotones algunos, estímulo al juego lento que por costumbre vemos.
No sorprende porque en la campaña Reciente Adrian Ramos cerca a 37 años fue el destacado del América, Duque con 35 en Nacional, Cadavid con 37 en Medellín, Viera con 39 en Junior, Macalistar con 36 en Millonarios, “la roca” Sanchez con 36 en Santa Fe y Teo con 37 en el Cali, para citar algunos.
Leo Castro, goleador en el Pereira campeón, es el salto de calidad en el mercado. Tiene clase y garantiza goles, el chico que despertó tarde, tenía maduro el Junior, pero prefirió a Millonarios.
Fue la figura de la temporada y formó parte de los campeones que partieron del bando matecaña, por su inestabilidad jurídica y financiera. A Berrio y León, el jugador que el Once Caldas desperdició hace un año, los “succionó” el Junior.
En Nacional, por el ruido desde su interior, demuestra que no todos tocan juntos la misma melodía, especialmente los directivos.
El gran campeón, manchado en series de Tv, incapaz de una campaña publicitaria demoledora para reconstruir su imagen internacional. El silencio del club parece admitir cargos y penas.