Hace poco terminé de leer uno de los libros sobre feminismo que más me ha gustado, por su claridad, sencillez, amplitud de conceptos que trae y por el recuento del universo de los feminismos que hace. Feminismo para principiantes de Nubia Varela, es un libro que deberíamos leer en el colegio y en su defecto en la universidad, pero en Colombia le tememos a la cátedra de género, no nos hemos permitido hablar de la historia de las mujeres de nuestro país, de sus luchas y de sus aportes a nuestro desarrollo como nación. En los capítulos finales Varela, hace un recorrido por diferentes áreas y temas, y en cada uno de ellos observa cómo el rol de la mujer ha sido invisibilizado y oprimido, también resalta los esfuerzos del feminismo por incomodar, generar conciencia e impulsar cambios y transformaciones.
Me llamó mucho la atención cuando escribe sobre la cultura y los medios de comunicación, donde hace la siguiente afirmación: “Los medios de comunicación se han convertido en la gran barrera que impide el cambio real entre hombres y mujeres en las sociedades democráticas. Paradójicamente, los medios, siempre en busca de la noticia y atentos a ser los primeros en detectar y contar los cambios y novedades que se producen en la sociedad, se han erigido en los guardianes del patriarcado.” Los medios crean las narrativas, e históricamente éstas han sido adrocéntricas, han puesto al hombre como centro y medida de todo, negándole la mujer la oportunidad de estar en primera línea, de ser protagonista. Sucede lo mismo en política, en la economía, en la ciencia, etc. Sin embargo, hemos tenido avances, lentos pero acá están. Antes de 1957 las mujeres no podían votar, hoy votamos y nos hacemos elegir. Cada vez más hay más mujeres rompiendo el techo de cristal. Con la llegada de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, con plataformas independientes como ésta, los medios han ido abriendo puertas para que las historias que día a día tejen la cotidianidad de nuestro país, sean contadas desde la diversidad.
Y quise hablar de este tema en mi primera columna porque empezar a escribir en Kien Opina, es un reto que hoy asumo tanto a nivel personal como profesional. Una experiencia que sin duda me cambiará. Pero además del reto, lo vi como una grandísima oportunidad para hablar de esos temas que me apasionan y de los cuales creo que se habla poco en medios de comunicación. Cuando estaba en mi paso por el Concejo de Medellín, le decía los temas cenicienta, porque siempre están al final de la asignación presupuestal de los municipios y por el poco cubrimiento mediático que tienen.
Este espacio será una plataforma para hablar de género, feminismo, afrofeminismo, racismo, discriminación y también, por qué no, de la actualidad del país. Este será un espacio para hablar, como dice Diana Uribe, de la Colombia profunda, la Colombia desigual, la Colombia que ansía la llegada de oportunidades, que ahora en tiempos de Covid-19 vemos más evidente.
Escribir en este espacio también nos permitirá, como dice la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie en El peligro de una solo historia, mostrar y visibilizar a todas esas mujeres valientes que han logrado cosas maravillosas en nuestro país. Mujeres como Paula Moreno, Mabel Lara, Edna Liliana Valencia, Ilia Calderón, entre otras, que hicieron que mujeres como yo, creyeran que es posible estar en política y medios de comunicación siendo mujeres negras. Es hora también de contar el otro lado de la historia, la riqueza de nuestros departamentos, las fortalezas de nuestras comunidades, el potencial de nuestro talento humano. Las historias importan, las narrativas importan, siempre habrán varias versiones de una misma historia.
Por tanto este espacio es y será un lugar en búsqueda de la visibilización y la resignificación de aspectos que son necesarios para valorar la diversidad de nuestro país, para valorar el aporte de la mujer a nuestra sociedad, valorar la importancia del deporte, la educación y la cultura, de lo social.
Soy de las convencidas que tenemos que hacer para transformar, y por tanto no sé si escribiendo pueda lograr cambiar algo, pero si sé que escribiendo podemos contar historias, cuestionarlas y volver a contarlas. Este será un espacio de reflexión que espero, de pronto desde una posición un poco egoísta y altruista de mi parte, se convierta un lugar para contar historias que puedan generar consideraciones respecto a los temas mencionados, y así inspirar a más personas.
