Capitán de Navío Mario RUBIANOGROOT ROMAN

HMS “Bounty” y ARC “Gloria”

INTRODUCCIÓN

“Adiós ¡!”- ¡Gritaban mis hijos-, “Adiós Papito!! ¡Regresa pronto!!”. Yo traté de decirles adiós también, pero se me hizo un nudo en la garganta; disimulé, pues daba órdenes con el  “walkie talkie”, para soltar amarras por babor, atención a las defensas, cobrar y adujar cabos, aclare maniobra, pendiente del remolcador por estribor, tripulación y cadetes listos a subir por alto, para dar el velamen, .....................zarpábamos para la Polinesia y como destino final de ese triangulo, después de más de 15.000 millas, encontrar el Archipiélago de las Tuamotú, el Departamento de Ultramar francés, la isla de Tahití..........con su capital: Papeete.

Iniciaba el año 1988, yo repetía mi Segundo Comando en el BE ARC “Gloria”, y en ese momento ejercía como Comandante el Sr. Capitán de Navío José Ignacio Rozo Carvajal. Nos aprestábamos para zarpar a ese maravilloso y extraordinario viaje, del cual iríamos a recorrer algo mas de veinte mil millas, que en ese momento sería el segundo viaje más largo y de mayor distancia en la historia de nuestro velero.

Días antes, en la Cámara de Oficiales de la Base Naval ARC “Bolívar”, me encontré con el virtuoso, artista y además Teniente de Navío ® Guillermo Fonseca Truque, quien estaba alojado allí como invitado para dictar una serie de conferencias sobre los orígenes de la navegación en nuestro país. El maestro al conocer sobre mi cargo y el crucero que nos disponíamos a realizar, me pidió el favor de que le averiguara todo lo relacionado con el “Árbol del Pan”. Vino a mi mente, en ese momento el episodio del mar de hace dos siglos sobre el “Motín del Bounty”, con varias películas y cientos de tesis escritas al respecto, que es con toda seguridad una de las historias marítimas, repito marítimas mas conocidas. Trataré a lo largo de este artículo relatar brevemente sobre el Árbol del Pan, la historia marina, relacionarla con  el “Gloria”, velero que ha surcado las mismas aguas y visitado los mismos sitios y seguramente con vivencias similares. 

EL ÁRBOL DEL PAN. (EN TAHITIANO “URU”)

Algunas personas creen que el “Árbol del Pan”, es un mito o una leyenda y no una realidad. Descubierto éste por Joseph Banks, el botanista que en 1767 había participado en el primer viaje de Cook a Tahití. Observaba que al cocinarlo, dicho fruto harinoso se comporta casi como la masa de pan.  Personalmente yo vine a conocer dicha planta en la isla de San Andrés, cuando llegué por primera vez con mi familia, hace muchos años. Por cierto, allí lo llaman el “Bread Fruit” Científicamente conocido como “Artocarpus Altilis” (del Griego Artos = Pan y Carpos = fruto y del latín Altilis-e = engordar o alimentar), aludiendo a su fruto comestible, de la familia de los “Moraceae”, cuyo lugar de origen es la Indonesia y Nueva Guinea, pero hoy día cultivado en todos los trópicos.

Su descripción técnico-científica es: “Árbol perennifolio o caducifolio”, dependiendo de la zona, de 8-10 m de altura en cultivo, alcanzando 15-20 m en sus zonas de origen, con tronco recto de corteza lisa, parda, con lenticelas. Hojas de 25 x 12 cm. con 7-11 lóbulos lanceolados. Las flores son muy pequeñas. El fruto es redondeado u ovalado y puede pesar de 1-2 Kg. y medir 15-30 cm. de diámetro. Es de color verde, tornándose amarillo, y su superficie está cubierta de protuberancias agudas

El Árbol del Pan

En cuanto a cultivos y usos, se dice que su madera es ligera y tiene algunas aplicaciones en la fabricación de embalajes. Su follaje puede servir como forraje para el ganado. Las flores y hojas tienen aplicaciones medicinales localmente. Su fruto, que puede o no tener semillas, es consumido después de ser tostado o guisado. Los frutos deben consumirse verdes, pues una vez maduros son insípidos. De todas formas, su sabor a mi gusto, es como comer yuca frita y normalmente se consume con el suero llamado “Atolla Buey”, que es absolutamente delicioso. Mejor dicho, sabe a lo que se le unta. Se multiplica por semillas, pero es un árbol tropical y lo encontramos en nuestro Archipiélago de San Andrés y Providencia, en normales cantidades, pues fue traído por los ingleses que inicialmente arribaron a San Andrés, como lo veremos a lo largo del presente artículo.

 

UN VIAJE POR MOTIVOS ECONÓMICOS CON EL HMS “BOUNTY”

El HMS “Bounty” (His Majesty´s Ship), construido en 1783, era una fragata a vela tipo Bergantín, de tres palos en cruz (trinquete, mayor y mesana), que a su vez soportan doce velas cuadras; tenía el bauprés, para las velas latinas de proa y algunos estays entre los palos enunciados. Desplazamiento de 215 toneladas, eslora 26 metros, puntal de 7,6 metros y calado de 3,5 metros.

Terminando el año 1787, La Fragata HMS “Bounty”, un buque de bandera Inglesa, comandada por el Capitán William Bligh, fue fletada y destinada por el Almirantazgo Inglés para llegar hasta Tahití con el fin de recolectar las plantas del “Árbol del Pan”. El Almirantazgo preveía plantar y aclimatar dichas plantas en las colonias inglesas de las Indias Occidentales o Caribe Británico (actualmente Jamaica y por qué no el Archipiélago de San Andrés y Providencia) para alimentar a los esclavos de las plantaciones. En efecto, durante aquella época la revolución americana impedía el suministro de harina desde los puertos de Nueva York y Filadelfia, y el gobierno británico proyectaba cultivar frutos de éste árbol.

El “Bounty” fue remodelado durante seis meses para poder instalar abundantes viveros flotantes donde alojar la futura mercancía. También se instaló un sistema de tuberías y de doble suelo (cubierta) que iba a permitir regar las plantas sin inundar el barco. Como consecuencia, en el “Bounty” quedaba muy poco espacio: los oficiales no tendrían camarotes, ............  solamente el capitán.

El viaje se preveía difícil por el carácter del Capitán Bligh., quien era un excelente navegante, pero temperamentalmente irascible, elevadamente colérico y reprimía severamente a la tripulación ordenando numerosos latigazos, cuando cometían errores y era imperativo castigar.

 

TRAVESÍAS 

Después de su salida de Inglaterra el 23 de diciembre de 1797, la ruta estimada del “Bounty” consistía en cruzar el Cabo de Hornos al sur de América y, después de haber recogido muchos brotes o plantas jóvenes en Tahití, llevar la mercancía al Caribe continuando la ruta por el oeste. Pero después de sufrir terribles tempestades al intentar pasar el Cabo de Hornos (¡con ventiscas de hielo durante casi un mes!), Bligh dio media vuelta y finalmente optó por la ruta mas larga hacia el este, dando la vuelta al África, dejando el Cabo de la Buena Esperanza, entrar al Indico, pasando por el sur de Australia, para después de 10 meses de viaje agotador y 27.086 millas, llegar a Tahití y fondear en la bahía de Matavai, el 26 de octubre de 1788. Por cierto, parte de ésta ruta la hicimos en el año de 1970, cuando le dimos la Vuelta al Mundo; cruzamos el Atlántico Sur, pasamos la isla de Gogh, dejamos el cabo de la Buena Esperanza, entramos al Indico para llegar a Australia y participar en la celebración de los 200 años de descubierta por parte del Capitán Ingles James C.

Por el contrario, la ruta establecida para el “Gloria” era dejar Cartagena de Indias en el Caribe, cruzar el canal de Panamá, entrar al Pacífico y remontar latitudes hasta Acapulco en Méjico. Ingresar a la Polinesia por el vértice superior (Islas de Hawái), llegar a la Melanesia, dejando la Micronesia, bajar hasta Australia, cruzar el tempestuoso Tasmánico, arribando a Taranaki y Wellington en Nueva Zelanda, para después con fuertes vientos de través, remontando el Pacífico, alcanzar el Archipiélago de las Tuamotú, fondear en isla Morea, frente a Matavai, el día 15 de julio de 1988, casi doscientos años después. Para ambos bajeles, después de navegar miles de millas, la escala en Tahití fue muy, pero muy bien recibida.

El “Bounty” permanece allí durante seis meses, recolectando las plantas del “Árbol del Pan”. Para la tripulación, que había sufrido la dureza de la navegación y el carácter de su comandante era como estar en el Paraíso. Durante esta estupenda y relajante etapa tahitiana, los marinos participaron en las grandes fiestas, y a la vida del pueblo, y muchos de ellos encontraron pareja (o incluso varias) entre la población local. En aquella época, en Tahití no había ningún tabú sexual y las mujeres se ofrecían fácilmente, según sus deseos. Es evidente que, en aquel momento, la vida cómoda de Tahití y sus desenfrenadas costumbres influenciaron fuertemente en el subconsciente de los marinos. Todo el mundo decía que Christian Fletcher, Contramaestre (véase numeral 5), se había vuelto “como un auténtico nativo” y se mandó tatuar las nalgas a la moda y practica tahitiana del momento

El “Gloria” permanece cuatro días, descansando de mares borrascosos. Nuestra tripulación, la del “Buque Escuela”, se comportó estupendamente bien, como ha sido la usanza; no hay que negar que se participó de las grandes fiestas y se conocieron las prácticas de los nativos. Que yo sepa ningún “Glorioso” se hizo tatuar, pero si los observaba, en las playas de Maevea, la saliente de Mahina y Papenco y la belleza tropical de Marcae y Pupa Ula, luciendo los “Lays” de flores multicolores y de corales de diversos tamaños, tradicional en éstas islas polinésicas, acompañados de bellas nativas con “tiaras”.

Continuará el 12 de agosto del 2022.

Creado Por
Capitán de Navío Mario RUBIANOGROOT ROMAN
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