“El fútbol renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohíbe la osadía”.
Pero a veces nuestro fútbol…
Suspenso. No apto para aburridos, con poderoso impacto emocional, incierto hasta el final, el duelo entre Millonarios y el Deportivo Cali, por la liga, definido en paridad.
La redención frente a tantos cotejos de marcadores estrechos que llenan de tedio las tribunas.
Duelo vibrante, liquidado con empate, en contra de las vías mezquinas de los resultadistas, de los amantes a las tácticas, como único ingrediente válido en el juego.
Para saciar al público hastiado de partidos mediocres, insípidos, sin ambiciones, de papelones, de futbolistas tramposos y árbitros sospechosos.
Partido sin gol, como tarde sin sol…
Esta vez hubo seis, para los hambrientos del buen juego, con movimientos constantes y rebotes en el área del curtido Avilés Hurtado quien regresó de su aventura por el mundo para deleitar con su futbol en el Deportivo Cali.
Consideradas las arremetidas incontroladas de Beckham Castro, cuando, con el debutante Jorge Hurtado destrozaban la defensa verdiblanca mientras les duró la gasolina.
Con cobros magistrales, como poco se ven hoy en día, de Johan Martínez, que mareó al debutante portero De amores y lo sacó del partido y de Danovis Banguero, a los rincones, alto y bajo, de las porterías, en medio de los vaivenes insospechados del resultado.
Nada que reprochar, se partieron el alma, jugando en medio de la lluvia, con el nerviosismo propio de sus presentes inciertos carentes de triunfo. Con entrenadores jugando ajedrez, moviendo fichas, buscando soluciones.
Lástima la lesión de tobillo de Llinás que paralizó por un rato a los espectadores. Dolor propio y ajeno en una jugada cualquiera, lucha cuerpo a cuerpo con un desconocido mastodóntico, uruguayo, de apellido Mimbacas, quien nada tuvo que ver con lo ocurrido.
Ni Cali ni Millonarios, por lo visto en el Campín, merecen el presente en la tabla de clasificaciones. Fútbol tienen y algunos sobresalientes jugadores, pero deben hacerlo afectivo. Dieron muestras de su reactivación y regalaron una noche para la estadística y para el recuerdo.