Al margen de la falta de estructura intelectual de Gustavo Bolívar -salvo su capacidad para escribir novelas violentas para TV-, que lo lleva a opinar sin rigor en muchos temas, no puede desconocérsele que es un petrista pura sangre. Es tan fanático como inconsistente. Luego de despotricar de los políticos tradicionales no le da rubor alguno para aceptar el apoyo de esos políticos en favor del proyecto en el que milita.
También, al margen de las críticas a Roy Barreras por haber pasado por casi todos los Partidos Políticos contemporáneos, es necio desconocer su afinada capacidad y efectiva habilidad política. El senador, médico de profesión, a diferencia de su antagónico, sí goza de una estructura intelectual que le permite opinar con seriedad y rigor sobre muchos temas. Se compartan o no sus opiniones.
Ahora, para hacer justicia con Roy, debo decir que no ha sido ni será el único que va de Partido en Partido. Muchos de los miembros del Partido de la U de Uribe, del Partido de la U de la Unión de Santos, del Partido Centro Democrático de Uribe y del Partido Cambio Radical de Vargas Lleras, vienen y van de los Partidos más tradicionales: el Liberal y el Conservador. Ahora, el Partido “La Fuerza de la Paz”, parece integrarse con los mismos dirigentes de esos partidos. Algunos de esos Partidos, estarán en la “Nueva Fuerza Democrática” del ex presidente Andrés Pastrana y en el movimiento “Independientes” del alcalde Daniel Quintero.
El Pacto Histórico nació muerto. Sí, hoy esa fuerza política tiene Presidente de la República y es la más poderosa en el Congreso, pero no por ella misma sino gracias a los Partidos Liberal, Conservador y la U. Por eso mismo, también es la fuerza más fracturada.
El desenlace del incidente con el ministro Alejandro Gaviria, que significó su salida gracias a sus críticas sobre la reforma a la salud, denota esa gruesa grieta. Sigue siendo una incógnita porque los curtidos ministros José Antonio Ocampo de Hacienda y Cecilia López de Agricultura, siguen en el Gobierno si piensan igual que Alejandro Gaviria. ¿Esperan acaso el apoyo del Gobierno para algún cargo multilateral y, por eso, pasan vergonzosamente de agache?
Gustavo Petro no habría llegado a la Presidencia de la República sin la ayuda de la política tradicional, magistralmente liderada por Barreras, Benedetti y Velasco. Pero también de muchos otros. Esa es la razón por la que no debe extrañar que la promesa de campaña de designar embajadores y cónsules de carrera no se esté cumpliendo, y sea el amiguismo y no la capacidad lo que impera en la designación en muchos cargos del Ejecutivo.
La unión de la izquierda extrema que representa el Presidente Petro y varios de sus coequiperos, como Gustavo Bolívar, con la clase política tradicional (liderada por C. Gaviria, E. Samper y JM Santos), tuvo un nítido y común propósito: todos contra el uribismo. Y lo lograron! Sí, Juan Manuel llegó a ser Presidente gracias a Uribe, pero gobernó sin el uribismo y, por eso, lo sucedió Iván Duque.
La realidad que vive el país es confusa y de mucha zozobra, gracias a las posturas y anuncios extremos del Presidente y su equipo. Por lo mismo, el lanzamiento y promoción del Partido “La Fuerza de la Paz”, que lidera Roy Barreras, se convierte en una oportunísima válvula de escape de esa mayúscula presión que el Presidente y la extrema izquierda han logrado acumular en la sociedad colombiana en apenas siete meses.
Tanto es así, que en el acto de lanzamiento del partido se advirtió una nutrida presencia de burócratas técnicos y políticos de origen liberal, conservador, Vargas Lleristas, de la U, etc. y representantes de los más importantes gremios del sector productivo nacional. Este Partido Político es la nueva U de Roy, pero recargada.
“La Fuerza de la Paz” tendrá especial figuración de cara al futuro política de Colombia. Si en los comicios locales de octubre de 2023 obtiene resultados positivos -seguramente lo hará-, su figuración será protagónica de cara a las elecciones presidenciales y de Congreso en 2026. Aún no se observa claridad alguna en los Partidos de Centro Derecha.
