Lo invisible es más real de lo que se cree. El enemigo de un país pobre no es un ejército invasor, es la colonización tecnológica hecha por empresas que se apoderan de los datos del mundo y de los ciudadanos. Las invasiones digitales no son ni por tierra ni por aire ni por mar; se hacen con datos y algoritmos. Colombia está recibiendo una severa colonización digital.
Los colonizadores digitales van a controlar todo a un país. Le definen qué es verdad, qué es tendencia, y qué se puede ver y qué no. Controlan la información, su democracia, su cultura, su política, su economía y las emociones de la gente. Deciden a quién censuran o a quién amplifican. Un país sin soberanía digital es la nueva pobreza y el nuevo sometimiento.
Google o ChatGPT controlan información; pueden tergiversar o inventar verdades falsas. Meta controla la comunicación. Amazon o Temu controlan el comercio digital y pueden aplastar a los comerciantes. TikTok, ByteDance, Instagram y Facebook controlan la cultura y emociones de la juventud con adicción, manipulación e incitación a gustos y deseos. Los jóvenes dejan de pensar como país y piensan como el algoritmo. Nvidia controla la infraestructura de inteligencia artificial. Palantir controla la estrategia militar gubernamental. Microsoft o Amazon controlan la nube donde está la información de todos.
Experian y Equifax controlan el crédito mundial. Tesla es monopolio de datos de movilidad; va a dominar mapas, territorios y tráfico de los países. Oracle es el dueño silencioso de los datos más sensibles de los países pobres. País pobre que entra a Oracle no sale jamás. Es un secuestro con arquitectura tecnológica. Oracle controla las tripas de un Estado.
Esas empresas Big Tech no conquistan con ejércitos. Conquistan con datos, algoritmos y dependencia. Ofrecen libertad y entregan servidumbre.
La Unión Europea (UE) sancionó a Twitter con 120 millones de euros por violar la Ley de Servicios Digitales (DSA), que regula y castiga abusos de las plataformas y servicios digitales. Su dueño, Elon Musk, en protesta, inició campaña para que “se disuelva la UE y le devuelvan el poder al pueblo”. Esta reacción irracional es una señal de que las Big Tech, las nuevas oligarquías tecnológicas sin control y los monopolios sin contrapeso quieren dominar los países y destruir las democracias.
Colombia reclama un nuevo Gobierno que vea la invisible colonización digital. Y reclama una Ley de Servicios Digitales que proteja su soberanía digital y defina los nuevos motores del desarrollo digital y los fundamentos de la democracia digital.
Los gobernantes modernos tienen que ver lo invisible. El que sea capaz de ver lo invisible es capaz de lograr lo imposible.
