Alexander Velásquez

Escritor, periodista, columnista, analista de medios, bloguero, podcaster y agente de prensa. Bogotano, vinculado a los medios de comunicación durante 30 años. Ha trabajado como reportero para importantes publicaciones de Colombia, entre ellas El Espectador, Semana y El Tiempo. Ha sido coordinador del Premio Nacional de Periodismo CPB (ediciones 2021, 2022, 2023). Le gusta escribir sobre literatura, arte y cultura, cine, periodismo, estilos de vida saludable, política y actualidad. Cree en la vida después de la muerte, uno de sus temas favoritos. La lectura y caminar una hora diaria mientras escucha podcast son sus pasatiempos favoritos. Escribe su segunda novela.

Alexánder Velásquez

Las 7 lecciones de Shakira para mis hijas

Con tres hijas, de 28, 26 y 19 años, y un varón bendito entre ellas, claramente estoy del lado de Shakira, porque las mujeres sí o sí se respetan. Si no tuviera hijas, también estaría de lado de la cantante colombiana porque tengo mamá, hermanas, tías, amigas y dos comadres.

Celebro la canción de Shakira con Bizarrap porque les enseña a las mujeres, así sea con rabia, a sobreponerse en la adversidad (en este caso ante la traición) y porque cada frase de su despecho, en el fondo, les está abriendo los ojos, así la misoginia de los unos y la falta de sororidad de las otras les haga pensar que la barranquillera  debiera estar calladita, envuelta entre cobijas, con medio kilo de helado, consumiéndose en su dolor, en vez de enfrentarlo sin pena y gritándolo a los cuatro vientos, porque, a diferencia de Piqué, Shakira le está demostrando al mundo que solapada no es.

Quienes pontifican sobre el daño que les estaría causando a sus hijos, por el matoneo público a su papá, no se han detenido a pensar que aquel tampoco ha sido el mejor modelo de comportamiento para ellos. “Tanto que te las dabas de campeón Y cuando te necesitaba, Diste tu peor versión”. Traducción: Si ya no amas a alguien, ten la gallardía de decírselo en su cara. Bien lo dijo Javier Solis, otro grande de la música: Si hasta en mi propia cara / Coqueteabas mi vida / ¿Qué será a mis espaldas?

A juzgar por el revuelo que la canción ha causado, estoy por creer que cada estrofa está haciendo más por millones de mujeres que diez costosas sesiones con la más avezado de las terapeutas.

Se me ocurre que esta guerra de los sexos es una versión moderna de La Guerra de los Roses, la genial película que protagonizaron Michael Douglas y Kathleen Turner en 1989. Después de verla, siempre tuve una sensación agridulce: mejor muerto que casado.

“Si el amor es ciego, el matrimonio es como tener un infarto”, dicen en la comedia, que dirigió Danny DeVito. En tal caso, el divorcio o la separación vienen siendo una tercera guerra mundial a escala, donde vuela de la que sabemos al zarzo a cada rato.  

Con todo, a esta historia de desamor le falta el capítulo donde Shakira –como lo hizo Piqué- rehace su vida; seguramente cuando eso suceda la gente se sentirá con el derecho de juzgarla, mientras la artista convertirá en éxito y varios ceros a la derecha otro cuento de hadas. Ah, pero falta ver qué artillería sacará cada uno el 2 de febrero, cuando ambos cumplen años.  

En 2001, dos años después de entrevistarla para la revista Cambio, Gabriel García Márquez escribió de su puño y letra una esquela en la que se lee lo siguiente: “Nada que se diga o no se diga de Shakira podrá ya cambiar su rumbo de artista grande e imparable”. Una frase premonitoria, clara-mente.

Ahora sí, las lecciones.

1. Las mujeres ya no lloran Las mujeres facturan.

Si una mujer se prepara para ser lo que ella quiera, no tendrá que aguantar las humillaciones de nadie. Shakira, de cuarenta y tantos,  ha trabajado sin descanso desde los 17. Llegar donde llegó ella tiene nombre: verraquera. Además, las épocas en que el hombre mantenía a la esposa ya pasaron, y al revés ni de vainas: las mujeres tampoco están para mantener pelafustanes.

2. Y una loba como yo no está pa’ tipos como tú.

No eres menos porque alguien se va de tu lado, incluso si te abandonan por alguien de menos años. Ser loba significa ser líder y saber afrontar lo que venga sin temor.

3. Sorry, baby, hace rato / Que yo debí votar ese gato.

Tienes derecho a elegir con quien compartir tu vida y también tienes derecho a decidir que a veces es mejor estar solos que mal acompañados. Al menos nadie se te comerá la mermelada.

4. Perdón, ya cogí otro avión / Aquí no vuelvo / No quiero otra decepción.

 Debes exigir respeto por tu persona y dignidad desde el primer día de la relación. Donde no te tratan con consideración, sobras. No se suban a un avión fallando.

5. Te creíste que me heriste y me volviste más dura.

Las personas pueden sobreponerse a una infidelidad y cortar con ese lastre. Pero si perdonas una infidelidad una vez, serás el hazmerreír   de alguien por el resto de los días al lado de esa persona. ¿Para qué volver como el perro al vómito?

6. Del amor al odio hay un paso / Por acá no vuelvas, hazme caso.

Nadie puede juzgarte por el dolor que llevas dentro. Es lícito expresar tu ira. Lo que piensen o digan los demás es su problema y que con su pan se lo coman.

7. A ti te quedé grande.

El amor acaba pero la vida no. La vida sigue y las decepciones también. Para levantarse de entre los escombros necesitas sostenerte en un “Me amo”, no en un “Te amo”.

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Alexánder Velásquez
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