La Agenda 2030 de la ONU hace por primera vez en la historia un llamado para que sean las empresas quienes impulsen el desarrollo sostenible de todas las personas, y esto significa trabajar en muchos campos de acción. En definitiva, la sostenibilidad es una cuestión de personas, recursos y posibilidades, bajo estándares sociales y de producción.
A lo largo de la semana que acaba de concluir, Colombia fue protagonista del lanzamiento en el mundo de la película de Disney, “Encanto”. Una producción que rinde homenaje a la diversidad natural y cultural de nuestro país.
Específicamente en Corea y Japón, la promoción de la película está siendo acompañada por las flores colombianas, que brindan a los asistentes la posibilidad de disfrutar de su poder emocional a través de sus aromas, colores y enorme diversidad.
Hoy, más que nunca, la imagen de Colombia en el exterior está ligada al valioso capital natural con que contamos y a las prácticas sostenibles que como país desarrollamos, las cuales repercuten en el mundo entero.
Cada vez los consumidores son más conscientes del origen de los productos que adquieren y su decisión de compra está basada en si estos respetan a los trabajadores, las comunidades y el medio ambiente.
En este sentido, la floricultura colombiana cuenta con Florverde Sustainable Flowers, un estándar social independiente, el segundo más antiguo del mundo, el cual cuenta con un sistema de seguimiento al desempeño ambiental y social único a nivel internacional, asegurando la mejora continua de los productores en toda su cadena de valor.
Esta certificación es la evolución de una idea que hace 25 años permitió a las flores responder a las necesidades reputacionales, en términos sociales y ambientales, frente a los mercados internacionales. Inició como un código de conducta interno, en el año 2001 se convirtió en un sistema de verificación de segunda parte, y en 2005 evolucionó a un sistema de certificación de tercera parte independiente.
Florverde Sustainable Flowers o FSF es reconocido en los mercados de destino de las flores colombianas y es, en sí mismo, un producto de exportación: desde 2019 se inició con la certificación de empresas floricultoras ecuatorianas, que reconocen en este estándar una herramienta de gran importancia para generar valor a sus procesos, y garantizar el cumplimiento normativo de cara al mercado internacional.
En 2020 este sello trabajó en la adopción de medidas especiales para la certificación frente al COVID-19, apoyando a los productores en acoger el Protocolo de Bioseguridad para el sector floricultor en Colombia.
Por otra parte, suministró los elementos necesarios para la interpretación de la normativa a la luz de las condiciones excepcionales de la pandemia y desarrolló el módulo de verificación para COVID-19 Florverde Sustainable Flowers, un protocolo sanitario para el funcionamiento del sector floricultor durante la epidemia.
Así las cosas, las flores colombianas son un ejemplo mundial de la sostenibilidad de nuestro país frente a las más de 100 naciones a las que se exportan y son las mejores embajadoras del “Encanto” de Colombia en el exterior.