Lenguaje inclusivo, ¿reto o deber?

Un padre y su hijo tienen un accidente automovilístico y son llevados de urgencia al hospital. El padre muere. El niño es llevado a la sala de operaciones, pero el cirujano dice: "No puedo operar a este niño porque es mi hijo". ¿Cómo puede ser esto?

La respuesta, por supuesto, es que el cirujano es la madre del niño. Sin embargo, debido al sesgo de género, muchas personas no pueden resolver el enigma; inconscientemente, no pueden imaginar al cirujano como una mujer. (Las personas más jóvenes tienden a resolverlo más fácilmente porque han crecido en un mundo con un enfoque más amplio en la igualdad de género). 

Todos tenemos un sesgo implícito, o un prejuicio subconsciente, que afecta no sólo a cómo resolvemos la situación anterior sino también a las palabras que usamos.

No olvidemos que el discurso es una forma de acción. El lenguaje es una de las herramientas más poderosas que tenemos como humanos. Nos une. Nos instruye. Cuando se usa bien, crea un entendimiento común. Es esencial para crear un entorno donde todos se sientan bienvenidos e incluidos. Nos guste o no, nuestras palabras tienen consecuencias. Pueden incluir o excluir y a pesar de nuestros mejores esfuerzos, a veces nuestra elección de palabras puede enviar un mensaje equivocado.   Este es particularmente el caso para aquellos de vosotros que habéis tenido la fortuna de no experimentar exclusión. Esto significa que sois menos propensos a reconocer palabras, frases e incidentes que implican prejuicios o estereotipos.  

De hecho, es posible que algunos de vosotros estáis dudando todavía sobre qué es lenguaje inclusivo. Quizás estéis pensando… “Pero si yo siempre hablo con respeto y educación a todo el mundo”. Bueno, déjame ofrecerte un ejemplo de todos los días: conoces a alguien por primera vez en una cena, imaginemos un hombre, y a los pocos minutos le preguntas: ¿y estás casado? Él te responde: “Sí, felizmente casado” y tu siguiente pregunta es: ¿Y nos va a acompañar tu esposa más tarde? 

¿Quién te dice que él está casado con una mujer?  Y supongamos que esa misma persona estuviera casada con una mujer anteriormente, ¿por qué asumir que su pareja actual es también una mujer?  

Como verás, si bien el lenguaje inclusivo es importante para los demás, es igualmente importante para nosotros mismos, ya que habla de nuestra disposición para comprender, sentir empatía y crecer. Una mentalidad inclusiva y diversa es no dar por hecho que un hombre tiene pareja femenina y viceversa sino simplemente no asumir nada sobre la otra persona. Utilizar la palabra neutra: pareja, si hay que hacer alguna pregunta al respecto y sobre todo, no debemos asumir que porque alguien haga referencia a su pareja es porque esa persona pertenece a la comunidad LGBT+. Debemos conseguir entre todos que las palabras y pronombres neutros sean nuestro vocabulario por defecto.  

Si lo llevamos al ámbito empresarial, el lenguaje tiene la capacidad de construir relaciones y forjar conexiones, pero es igualmente responsable de crear barreras e impactar el sentido de pertenencia.  Sentir que eres capaz de llevar tu auténtico yo al trabajo es innegablemente crítico. De hecho, el sentido de pertenencia puede conducir a mayores tasas de retención e incluso resultar en una mayor satisfacción del cliente. Además, si tus empleados sienten que pertenecen, es más probable que estén comprometidos y motivados en el trabajo, y generará niveles más altos de seguridad psicológica.  Pero, es más fácil decirlo que hacerlo, ¿verdad?  Crear contenido inclusivo y tener conversaciones en el lugar de trabajo desprovistas de un lenguaje exclusivo, significa luchar contra hábitos y prejuicios endurecidos que probablemente no siempre seamos capaces de reconocer.  

Históricamente, el lenguaje ha dejado a muchos fuera. Muchas personas y ciertos grupos han sido marginados y discriminados debido a su cultura, raza y etnia, género, orientación sexual, edad, discapacidad, estado socioeconómico, apariencia y más. Podemos hacerlo mejor.

El lenguaje inclusivo busca tratar a todas las personas con respeto, dignidad e imparcialidad. Está construido para atraer a todos y no excluir a nadie. Y eso requiere algo de nosotros para lograr cambiar hábitos profundamente arraigados. Para aceptar que hay tantos estilos de vida como personas en este planeta y todos pueden ser diferentes al nuestro.  

Recuerda, el lenguaje inclusivo no se trata de ser "políticamente correcto": se trata de usar el lenguaje que es respetuoso, preciso y relevante para todo el mundo.  

Recordemos que las culturas inclusivas impulsan el rendimiento empresarial y el bienestar de los empleados.  Así que bueno… ¿por dónde empezamos con el cambio? Leer este artículo ya es un gran paso, pero aquí te dejo tres recomendaciones claves: 

 

  1. Mantén la mente abierta a cambiar lo que siempre has pensado que es "normal", respetuoso y apropiado para decir. Intenta ponerte en el lugar de otras personas y verlo desde su perspectiva.  No tienes que contar con todas las respuestas o ser perfect@, simplemente estar abiert@ al cambio y dispuest@ a seguir aprendiendo. 

 

  1. En caso de duda o llamados de atención… ¡pregunta y mantén la calma! Si no estás seguro de qué terminología prefiere alguien, solo pregunta.  A veces nuestro sesgo inconsciente hará que digamos cosas que excluyen a otros sin ninguna intención de ello.  Si te llaman la atención por no ser inclusiv@, en lugar de intentar justificar tus acciones (por ejemplo, "solo estaba bromeando") intenta enfocarte en entender la perspectiva de la persona y di algo como:  "Lo siento. No era mi intención ofenderte o no ser inclusiv@. ¿Podrías explicarme por qué mi lenguaje no fue apropiado?,¿qué dije que estaba mal para poderlo corregir? Gracias por el “feedback”.  

 

  1. Observa y cuestiona el lenguaje e imágenes que utilices en tu empresa día a día y levanta la mano cuando no seais inclusivos. Si por ejemplo Recursos Humanos envía un mail para hablar de beneficios para ti y tu familia, ¿utiliza imágenes de familias diversas o sólo del estereotipo de familia tradicional (padre, madre y uno o dos hijos)?   

  

Como recurso adicional recomiendo este cuadrito de Acnur con algunas expresiones muy comunes y la opción de sustituirlas por un lenguaje inclusivo.   

Espero este artículo os sirva, inspire y motive a mostrar vuestra inclusión a través de vuestras palabras. Comentarios y feedback siempre bienvenidos @HanoiMorillo

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