En una trifulca callejera terminaron los grados en la Universidad de Los Andes, los padres se enfrentaron por un parqueadero para ingresar al evento donde los estudiantes esperaban con ansias un título para abrirse al futuro, qué lío el que se armó, una vez más queda demostrado que somos un país cavernícola, que no sabe resolver sus conflictos, no en vano llevamos más de 50 años matándonos y somos capaces de votar en un plebiscito NO a La Paz.
En este episodio hay de todo, viveza, intolerancia, ausencia de autoridad, racismo, ineptitud, chisme, todo en el parqueadero del Movistar arena que se convirtió en el lugar de una bochornosa lucha libre donde no hubo ni un ápice de cultura ciudadana.
¿Pero que fue lo realmente qué pasó?
Lo de siempre siempre, la ley del más vivo, uno de los padres quería colarse para entrar al parqueadero de primero y al no lograr su cometido ardió Troya, lo peor de este asunto es que el responsable es un reconocido psiquiatra de la ciudad, así como lo leen un psiquiatra vuelto un loco, por favor. No le dio vergüenza con su hijo que se graduaba ese día, como buen colombiano sacó hasta la cruceta para hacerse valer, a lo mero macho. Pero una de las señoras tampoco se quedó atrás, y dijo: No parecen colombianos, parecen venezolanos. Como si los venezolanos fueran lo peor del mundo. A este capítulo podíamos titularlo racismo de las señoronas de Los Andes. Mientras se desarrollaban los hechos, no hizo presencia ni un solo policía de tránsito para tratar de ordenar el asunto, una total ausencia de autoridad, un reflejo de lo que vive Bogota en manos de una alcaldesa que se va por la puerta de atrás en temas de cultura ciudadana y seguridad. Sigamos con la trifulca que apenas empezaba; padre de Familia no contento con lo que había hecho tomó su carro y embistió a personas, chocó a otro vehículo dos veces y se marchó como en la película de los Rápidos y Furiosos. Definitivamente el país está enfermo de intolerancia y violencia, esto sucede a diario en una esquina, en una playa, en un concierto, en un estadio, necesitamos ayuda de verdad por que nos estamos matando por nada y no de psiquiatras como el causante de todo esto, ayuda divina. La sociedad está enferma de violencia y cada día la cosa se complica dejando victimas regadas por todo el país, mientras las autoridades miran para otro lado.