Juan Manuel Díaz

Empresario bogotano, Contador Público y Especialista en Gerencia de impuestos y entidades territoriales de la Universidad Externado de Colombia. Ha trabajado por más de 10 años en pro de la seguridad y la movilidad de la capital del país.

Juan Manuel Díaz

¡Metro de Bogotá, ni un paso atrás!

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Kienyke

Llevamos más de 80 años soñando con un sistema de transporte público digno. ¡Es momento de hacerlo realidad y dejar los protagonismos y las mezquindades a un lado! Los bogotanos llevamos cerca de 82 años a la expectativa de poder contar con un Metro en la ciudad, que nos permita una mejor calidad de vida y solucionar muchos de los problemas de movilidad.

Sin embargo, con la llegada de un nuevo Alcalde se consolidan nuevas propuestas y se trata de imponer un nuevo proyecto. Esto debe terminar ya, los ciudadanos merecen acciones reales, frente a problemáticas reales. El presidente Gustavo Petro ha desatado una tormenta política al proponer una enmienda a la primera línea del Metro de Bogotá. Su insistencia en un enfoque mixto, incluidos los tramos subterráneos, llevan a la ciudad a un futuro incierto y costoso.

Al señalar las fallas en la administración de Petro, lo que pretende el presidente de la república es “distraer” a la población de su propia responsabilidad en la gestión. Con respecto a la actual administración mencionada, las críticas de Petro solo demuestran su desesperada necesidad de deshacerse de una sombra sobre la que planea hacer crecer su carrera política.

Según un informe reciente, el estudio realizado por la SCI tuvo un costo exorbitante de más de 8000.000 de pesos. Sin embargo ese estudio no tenía como objetivo seleccionar una opción para el metro, sino exponer una metodología para evaluar alternativas en futuros proyectos infraestructurales.

Rafael Fonseca, delegado de la SCI, afirmó: “No fuimos contratados para dar una recomendación sobre qué clase de metro hacer, lo que hicimos fue ejercicios académicos, con eso no se logra tomar una decisión”.

La visión de Petro no solo se origina en una agenda ideológica, sino que desestima las necesidades reales del pueblo de Bogotá y los riesgos financieros. Su obsesión con los subterráneos, no solo es imprudente desde el punto de vista de la planificación urbana, sino también egoísta.

Esto se debe a que pone en juego el bienestar de millones de colombianos. El metro de Bogotá no es solo un sistema de transporte. Es un símbolo y emblema de desarrollo y modernización de Bogotá. Petro, por el contrario, está dispuesto a sacrificar esos símbolos en aras de sus metas personales.

Su intento de presionar a la comunidad a un punto de vista unilateral sobre un tema tan vital es un ejemplo claro de falta de compromiso con la democracia en Bogotá.

la comunidad a un punto de vista unilateral sobre un tema tan vital es un ejemplo claro de falta de compromiso con la democracia en Bogotá.

Esto es algo que no se puede decidir a la ligera, es fundamental tomar esta elección porque decidirá el futuro de la ciudad en los años venideros. Así que, los ciudadanos de Bogotá deben estar advertidos y ser más críticos contra la falsificación política que amenazan su futuro y calidad de vida.

“Esto no es una guerra de egos”, Bogotá merece tener un dirigente que incluya el interés público antes que su propio interés personal. “Deje que los bogotanos tengamos un sistema de transporte viable y sostenible para la ciudad”. Es hora de dejar la fijación de Petro de una vez por todas y trabajar juntos para tener un futuro próspero en cualquiera de las maneras, para el bienestar de los ciudadanos de la capital del país.

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Juan Manuel Díaz
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