Micromovilidad y sostenibilidad en la ciudad

El transporte público se ha visto afectado durante el confinamiento y en la actual fase de descalamiento, debido a la desconfianza y temor por posible contagio en las rutas que los usuarios utilizan en el transporte público, produciendo una drástica reducción del uso de transporte privado y público, aunque con beneficios importantes por la disminución de emisiones, la contaminación acústica, condiciones que podrían mantenerse al impulsar nuevas formas de movilidad activa y saludable, como son los desplazamientos a pie, el uso de patinetas eléctricas, carros privados compartidos y bicicletas entre otras alternativas.

Este tipo de movilidad permite mantener el distanciamiento social, mejorar la salud y reducir los niveles de contaminación, al fomentar desplazamientos rápidos y cortos, ampliando las aceras con una presencia del carro residual y limitada a una velocidad de 30 Kms/h como ocurre en algunas ciudades españolas. En Madrid - España, por ejemplo, se ha desarrollado una herramienta que recomienda qué aceras y lugares de tránsito peatonal son convenientes en recorridos a pie y como mantener el distanciamiento social calculando el ancho de la acera.

Estas medidas han potenciado iniciativas y proyectos de movilidad compartida que, junto con diversas tecnologías del ámbito de ciudad inteligente, que, puestas a disposición de las alcaldías, sirven para identificar donde se encuentran los mayores riesgos de contagio, puntos de mayor congestión peatonal y vehicular, monitorear aforos en plazas, parques, mercados y centros de eventos, entre otros.

Varias ciudades colombianas tienen planes de modernización hacia una movilidad sostenible e inteligente y ahora, por la crisis, necesitan acelerar su implementación y diseñar medidas complementarias para enfrentar los retos de movilidad, seguridad y recuperación económica

La movilidad es clave en el desarrollo de las ciudades para ampliar y mejorar la conectividad, la red vial y carreteras del entorno de la ciudad, la infraestructura para conexión intermodal incluyendo metro, tranvía, tren de cercanías y puesta en operación el transporte ferroviario, así como el sistema de transporte de mercancías dentro de las ciudades, con horarios y zonas especiales de carga y descarga, todo monitoreado desde un centro de control de movilidad.

Las ciudades necesitan desarrollar estrategias para apoyar sectores fuertes de acuerdo a su vocación (agroindustria, turismo, gastronomía, comercio, manufactura, entre otros) e impulsar nuevos modelos de desarrollo económico y social, como la economía circular, con modelos que demandarán mayor inversión y participación público-privada, así como coordinación entre administraciones públicas, entidades municipales, empresas, agremiaciones, academia y ciudadanos, para facilitar su desarrollo, su innovación, generación de empleo y educación, entre otros, enfocadas en la consecución de la visión de ciudad que se quiere.

Las ciudades evolucionan constantemente debido a varios factores como los cambios demográficos o búsqueda de oportunidades, por eso en la actualidad el 55% de las personas viven en ciudades y para el 2050, las Naciones Unidas estiman que el número de habitantes de las ciudades alcanzará el 68% de la población mundial.

En consecuencia, surgen problemas con el traslado de grandes flujos de personas, por lo que el uso del carro y el deficiente servicio de trasporte público generan congestión, contaminación acústica y atmosférica, causando deterioro en la calidad de vida, en la salud, por lo tanto, la micromovilidad (ajustada a la normatividad), se esta convirtiendo en una alternativa muy atractiva y poderosa de transporte limpio, sostenible, necesario, ágil, divertido y de gran utilidad para que los gobernantes gestionen la información (datos) enviada por los usuarios, en desarrollo de proyectos y soluciones alternativas en beneficio de los ciudadanos. Hay que recordar que una ciudad inteligente se desarrolla con la activa participación ciudadana.

La micromovilidad desafía los sistemas tradicionales de transporte, al ofrecer alternativas para recorridos cortos de manera eficiente y al mismo tiempo reduce emisiones de gases y trancones e impulsa cambios en la configuración de las ciudades, por eso han surgido plataformas que ofrecen soluciones para las ciudades, en donde la mayoría de los viajes son trayectos entre tres y diez kilómetros, en los que el usuarios podría combinar dos o tres modos de transporte, que integran transporte público con soluciones para cubrir el primer, el último o tramos intermedios.

La micromovilidad aprovecha infraestructuras existentes e impulsa cambios en el diseño de las ciudades, en la planificación de redes de transporte público, en el urbanismo e igualmente aplicable en edificios de oficinas, para que faciliten el acceso, parqueo y recarga, fomentando así el uso de estos vehículos, no contaminantes, entre los trabajadores.

La micromovilidad surge de la necesidad de ahorrar tiempo, espacio y energía, que según cifras de un estudio realizado por McKinsey & Company, “60% de los viajes a nivel mundial son menores a ocho kilómetros, es decir que se trata de traslados que bien podrían realizarse en bicicleta u otros vehículos ligeros antes que echando a andar un automóvil particular”.

Y es que no se trata solo en desarrollar tecnologías para crear nuevos vehículos, sino en pensar nuevas formas de micromovilidad para solucionar problemas de movilidad, por lo que el uso de bicicletas, scooters eléctricas, patinetas y patines están siendo parte fundamental en la solución de transporte, al integrar el transporte público, privado y la micromovilidad con el objetivo de lograr traslados personalizados, menos contaminantes, sustentables, saludables y económicos.

Igualmente, esta la movilidad compartida como alternativa eficaz, que soportada en plataformas tecnológicas conectan a conductores con personas con el mismo recorrido, como estrategia para dividir costos de gasolina, parqueadero e incluso peajes.

Con una adecuada planeación es posible combinar el uso del transporte público con otros medios de movilidad para realizar traslados de primer y último kilómetro, o puerta a puerta, lo que hace indispensable digitalizar la oferta de servicios para incluir varios modos de transporte en una sola aplicación, es decir integrar todos los modos de transporte, como funciona en varias ciudades, bajo el concepto de Movilidad como Servicio, (Mobility-as-a-Service).

En Portland, es posible comprar un tiquete que incluye acceso a transporte público, a patines eléctricos y bicicletas, y en Pittsburgh, el tiquete del transporte público sirve para usar bicicletas 15 minutos sin costo, aprovechando energías limpias y al mismo tiempo utilizando plataformas digitales que integran transporte público, privado y micromovilidad ofreciendo una estructura de transporte inteligente e interconectado mediante un sistema multimodal y sostenible en beneficio del usuario que además genera empleo, dinamiza el comercio, el turismo, el sector de restaurantes, mejora el servicio y la actitud de los ciudadanos.

La movilidad inteligente es una de las tendencias de transporte con más potencial al ser parte de la solución para una buena planeación del espacio público, para contar con un sistema semáforos inteligentes que priorizan el transporte público, con un alumbrado público por demanda, con sensores en calles para agilizar el trafico, una eficiente y ordenada distribución del espacio vial y peatonal, entre otros, como parte de las soluciones para transformarse en una ciudad inteligente, siempre en beneficio de los ciudadanos

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