El Plan Distrital De Desarrollo (PDD) “Un Nuevo Contrato Social y Ambiental para la Bogotá del Siglo XXI” radicado hace pocos días por el Gobierno Distrital ante el Concejo de la ciudad, es la carta de navegación para la capital durante los próximos cuatro años.
El PDD tiene una variabilidad de componentes que se entrelazan en cinco propósitos, 17 programas estratégicos, 58 programas generales y 513 metas, con un presupuesto de inversión de $109 billones de pesos, de los cuales $38 billones de pesos tienen origen en el Gobierno Nacional. El documento apunta a generar la mayor inversión en tres sectores: movilidad, educación y salud.
Esta hoja de ruta presentada por la alcaldesa Distrital como un plan de reactivación social y económico para la ciudad, estará bajo la lupa de muchos de los sectores de la sociedad, que no sólo se han visto afectados por la actual situación del país, y por supuesto, de la capital, donde se concentra el 40.5 % de los casos de Coronavirus COVID-19, sino que también, representan a millones de familias cuyas economías han tenido que soportar los efectos directos de la crisis económica que ha traído consigo la pandemia.
En el panorama actual, según cálculos estimados por la Secretaria de Hacienda, el Producto Interno Bruto (PIB) de este año de la capital podría caer entre un 4,2%, en el escenario más optimista, y hasta un 8% en el más pesimista, una situación que afecta en gran medida a la economía del país, si se tiene en cuenta que Bogotá representa el 42% del PIB nacional. Además, según la Secretaría de Desarrollo Económico, más del 50% de las personas ocupadas tienen poca posibilidad de teletrabajo, e incluso, el 30% de estas, no pueden volver a laborar porque sus trabajos implican aglomeraciones y alta interacción con consumidores; siendo este un grupo que no podrá retomar sus actividades en el corto plazo, y que incluso, en muchos casos, por estar contratadas a través de empresas de trabajo temporal, ya han sido desvinculados. Vale la pena resaltar que según las cifras más recientes de La Asociación de Empresas de Servicios Temporales (Acoset), en el país 457.524 personas son contratadas por este tipo de empresas bajo esta modalidad de trabajo.
En este sentido, el Plan debe tener en cuenta dos variables que resultan fundamentales y deben ser transversales al desarrollo de cada uno de sus componentes: el aumento del nivel de pobreza y desempleo en la ciudad, y la pandemia que puede durar más de un año, y por lo tanto, la vida de los bogotanos no será lo mismo hasta que no haya vacuna o tratamiento efectivo. Ello implica, en primer lugar, la prioridad del cuidado de la vida, y en segundo lugar, pero no por ello menos importante, la reactivación económica de la ciudad.
En este sentido, resulta indispensable que el PDD radicado contemple de manera amplia la implementación de estrategias que resultan fundamentales en materia de reactivación económica, como lo es la “Bogotá Productiva 24 Horas”, proyecto que he venido liderando, conjunto con otros actores, desde mi curul en el Concejo de Bogotá a lo largo del cuatrienio pasado y en el actual, considerándolo indispensable para responder a las necesidades actuales en materia económica y de salud pública, mediante el aprovechamiento del trabajo nocturno, de forma tal que se puedan activar diferentes sectores, aplicando turnos y horarios durante las 24 horas del día, y cuidando que no se superen los límites de capacidad establecidos para el sistema de transporte, en procura de lograr su descongestión en las denominadas horas pico.
Finalmente, hoy, más que nunca, los bogotanos están exigiendo de sus líderes políticos la puesta en marcha de procesos serios de discusión, socialización y participación que permitan la legitimación de todos los ciudadanos de la gran carta de navegación para Bogotá.
De ahí que nos encontremos ante enormes desafíos: frente a la ciudadanía en general, de la que esperamos una participación activa mediante sus aportes e iniciativas que enriquezcan la discusión del Plan; frente a los grupos y sectores de interés, de los que se espera un aporte cualificado para la toma de decisiones en medio de la coyuntura; frente a nuestro compromiso como concejales en general, y en mi caso particular, como Coordinadora Ponente del PDD, para recoger las necesidades más sentidas de los conciudadanos y articularlas con un estudio serio y juicioso de las diferentes variables que ofrece este instrumento social, económico y político de administración, que más allá de las posiciones y agendas de cada uno de los cabildantes, nos permita recuperar por parte de la ciudadanía la confianza que han perdido en las instituciones, aprovechando esta oportunidad más que propicia para lograr el acercamiento de la sociedad capitalina en su conjunto con la institucionalidad que la representa, empleando para ello ponencias responsables, coherentes y que impliquen el sentir de aquellos que nos delegaron su vocería para la materialización de sus más grandes anhelos y la solución de sus más complejas problemáticas; este es nuestro gran compromiso, este es nuestro inmenso reto: Bogotá y los bogotanos lo reclaman y lo merecen.
