¿Podría el agua escasear en Bogotá?

La superficie de la tierra dispone de 1.386 millones de Km3 de agua aproximadamente, distribuidos en 1.351 millones de km3 de agua salada y 35 millones km3 de agua dulce, que es menos del 3% del agua del planeta. Del porcentaje total de agua dulce casi el 79% se encuentra en forma de hielo permanente en los casquetes polares y glaciares, por lo que no está disponible para su uso. De esta agua en estado líquido, el 20% se encuentra en acuíferos de difícil acceso, por lo que según Greenpeace, el 1% restante es agua dulce superficial de fácil acceso, representando tan sólo el 0,025% del agua total del planeta.

En Colombia el flujo del recurso hídrico no se reparte de la misma manera en todas las regiones, por ejemplo, en la región Andina y Caribe, donde se concentra una parte importante de la población y la actividad económica, se presenta una baja oferta hídrica. Adicionalmente, según cifras proporcionadas por Global Climate Risk Index en el año 2017, el 47% del país se encontraba en un riesgo alto y muy alto de sufrir los impactos del Cambio Climático, indicador del que hacían parte especialmente las principales ciudades de la región Andina. 

En este sentido, resulta coherente hablar de un posible desabastecimiento de agua para la ciudad y los once municipios a los que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) les suministra el recurso, por lo cual es imperante visibilizar la necesidad que Bogotá cuente con una estrategia concreta para poner en marcha un Plan de Reducción de Pérdidas Detallado, instrumento que permitiría una óptima medición del agua para así conocer al detalle si se están generando pérdidas para la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, así como si se está estableciendo un cobro irreal a los usuarios. 

Cabe decir, pues, que los bogotanos no conocen con exactitud las cantidades que se están consumiendo de agua, y por ende, el valor real que deberían pagar, cayendo en dos posibles situaciones: vulneración del precio justo y detrimento patrimonial. 

Adicionalmente, la ciudad está en mora de implementar un sistema de telemetría para usuarios, con el cual ya cuentan otras ciudades del país como Cali; siendo esta una herramienta de especial importancia para los grandes consumidores, tales como industrias, grandes superficies, universidades, entre otros. 

Por otra parte, el parque de medidores que está actualmente en uso y funcionamiento en la ciudad probablemente incurre en una obsolescencia, según su edad de instalación, calibración, diseño, condiciones ambientales y de bioseguridad, entre otras. Esto sin contar con que muchos de los edificios o conjuntos multifamiliares no cuentan con un medidor totalizador, el cual debe existir de manera adicional a los medidores individuales que corresponden a cada casa o apartamento, según la reglamentación vigente. 

Así, para encontrar el balance en la producción, consumo y cobro del servicio de acueducto, es de vital importancia para cualquier ciudad contar con mecanismos de medición, la cual se debe realizar desde la producción de agua potable en las plantas de tratamiento (macromedición), hasta la entrega por medio de las redes de distribución de acueducto a los usuarios (micromedición).

De acuerdo a lo anterior, la medición debe ser un proceso confiable, en el cual esté presente la gestión del suministro del recurso, la demanda de los usuarios y las pérdidas técnicas y comerciales. Esto implica también dimensionar y diferenciar los medidores de acuerdo al tipo de consumidor, es decir, si es un gran consumidor o una vivienda familiar, de manera que se produzca con exactitud una cifra del consumo real, y un precio justo al cliente, el cual cobra importancia para aquellos usuarios con menor capacidad de pago.

Para el caso específico de Bogotá resulta importante conocer la capacidad real de producción de las plantas de tratamiento de Tibitoc y Wiesner, en especial en lo relacionado con la capacidad excedentaria y la seguridad del abastecimiento, ya que la disponibilidad, el uso eficiente y ahorro del agua, también tiene que ver con el proceso de medición y el control de pérdidas. Así, la EAAB puede estar produciendo una  mayor cantidad de agua de la que se puede necesitar, causando afectación al usuario en términos de la tarifa que se cobra y agotando el recurso hídrico en las cuencas abastecedoras.

De ahí, que sea fundamental desde el Cabildo Distrital ejercer con mayor vehemencia y liderazgo la labor más importante para la que fuimos elegidos, el estricto control político, realizando seguimiento continuo al abastecimiento de agua en Bogotá, entendiéndose este como un recurso escaso a cuidar y conservar por parte de todos los bogotanos.

Más KienyKe
En el Senado de la República se aprobó la reforma pensional y que entraría en vigor en junio del 2025.
El ministro TIC, Mauricio Lizcano, participó en el foro 'Panorama de la conectividad rural y del desarrollo industrial en la era digital' donde compartió las expectativas de este proyecto.
El conjunto capitalino, necesitado de puntos, visitará a los chilenos en la ciudad de La Serena.
La Fundación Forjando Futuros aseguró que Duque restituyó cerca del 50% más de tierras en un tiempo predeterminado.