El gobierno del presidente Iván Duque en cabeza de la Ministra de Ciencias y del director del Departamento Nacional de Planeación - DNP presentó ante la comunidad científica una propuesta de Política de Ciencia, Tecnología e Innovación para los próximos 10 años, es decir, que si es aprobada regirá entre el 2021 y el 2030. Como lo había mencionado en otra columna, después de recibir comentarios de la comunidad, el DNP presentará la propuesta ante el Consejo Económico y Social - CONPES del Estado Colombiano y, de ser aprobada, se empezará a implementar.
El documento propuesto por el gobierno inicia mencionando que Colombia se encuentra rezagada en ciencia, tecnología e innovación frente a otros países. Para comprobar esa afirmación menciona dos argumentos: 1) que en el ranking de innovación global de 2019, Colombia ocupa el puesto 67 entre los 126 países que fueron analizados y 2) que Colombia invierte 0,29% de su PIB en I+D, lo cual contrasta con el 2,35% del PIB que invierten otros países de la Organización de Cooperación para el Desarrollo - OCDE.
Sin embargo, el documento no desarrolla ni lo que significa ocupar el puesto 67 en el ranking de innovación, ni lo que significa invertir menos del 1% de su PIB en I+D. En efecto, que Colombia esté en el puesto 67 del ranking de innovación 2019 no necesariamente significa que estemos rezagados: Brasil, país que cuenta con una infraestructura científica muchísimo más sofisticada que la Colombiana, está en el puesto 66; Arabia Saudita, que tiene un índice per cápita de 21.000 euros anuales, ocupó el puesto 77; Suráfrica, país que en la última década hizo un esfuerzo gigantesco por aumentar la inversión en I+D, sólo llegó a estar en el puesto 63 en ese ranking.
En contraste, que la inversión de Colombia en I+D sea del 0,29% de su PIB en I+D es, en sí, bastante preocupante. Esto independiente de la comparación de esa cifra con otros países pues significa que los investigadores colombianos cuentan con menos laboratorios, menos reactivos, menos recursos humanos para emprender su trabajo, menos recursos para viajes, menos posibilidad de crear redes con sus pares, menos posibilidad de impactar en las publicaciones nacionales e internacionales. Sin esos insumos, la innovación de Colombia quedará limitada a la gestión o a la logística. Sin una inversión sólida y sostenida en I+D será muy difícil que Colombia pueda destacarse en el escenario internacional con innovación de productos de base tecnológica.
El inicio de un documento de política pública ayuda a entender su objetivo y sus metas. Teniendo en cuenta que, en el caso de la propuesta de política ciencia, tecnología e innovación 2030 se identifican los vacíos argumentativos mencionados, consideramos importante revisarlos para que, con una reflexión dialéctica, se lleguen a consensos sobre el impulso a la innovación y a la inversión para el sector. Estos debates deberán hacerse entre sector público, privado, las universidades y las ONGs pues a todos nos corresponde contribuir a que en el 2030 la ciencia aporte al desarrollo sostenible de Colombia.