La politiquería no respeta ni siquiera la pandemia, la cual ha sacado lo mejor de unos y lo peor de otros, especialmente lo peor de los politiqueros.
Es lamentable que se pretenda hacer politiquería en medio de la crisis, es normal que no se esté de acuerdo con una u otra decisión tomada por nuestros gobernantes, también es normal que la expresemos, pero de ahí a querer emprender una campaña teniendo como bandera despotricar todo lo que venga del gobierno es irresponsable y además incendiario.
Pareciera que estamos en plena contienda electoral, las redes están llenas de propaganda negra, de Fakenews, y de información que sólo busca desprestigiar las acciones de los gobernantes. Abundan por doquier perfiles falsos, en los que se escudan politiqueros, fomentado el descontento de los ciudadanos por la falta de ayuda de los gobiernos.
Acaso no podemos entender que nadie estaba preparado para afrontar esta situación, por lo tanto, cualquier medida que se haya tomado tendrá ventajas y desventajas pero todas con un común denominador, buscan preservar la vida, sin embargo la irresponsabilidad de algunos politiqueros al no cesar su discurso incendiario, puede resultar muy peligrosa en nuestra sociedad.
Estamos ad portas de que estalle una crisis social a causa de la falta de recursos en los hogares de la mayoría de los colombianos y los directos responsables son aquellos que han querido jugar con la situación haciendo politiquería, refutando todo lo que se hace y diciéndole al pueblo que ellos, de haber estado en el poder, hubieran manejado mejor la crisis y es que los que más incendian al país son los politiqueros perdedores de elecciones anteriores.
Atrás deben quedar las orillas políticas y los rencores producidos por la derrota electoral, todavía faltan como mínimo dos años para las próximas elecciones al congreso, presidenciales o posibles revocatorias de mandatarios locales, no es momento para hacer campaña, es momento de unirse para minimizar los efectos de la pandemia. Que abunden las ideas y no la demagogia y menos en esta situación en donde está en juego la vida de las personas.