¿Por qué nos aborrecemos muchos colombianos?

Hace poco le pedí a un amigo de “izquierda” que hiciera un diagnóstico general de la Colombia actual, y contestó: “Este es un país que se caracteriza por inequidad, pobreza, corrupción, desempleo, desigualdades, inseguridad, evasión, injusticias, contaminación, discriminación, maltratos de todo tipo, insuficiente educación, falta de oportunidades, progreso lento, bienestar general frágil, etc.”.

A pesar de que el diagnóstico, de apenas 15 puntos, excluye los abundantes aspectos positivos del país, podría ser compartido por muchos ciudadanos, pero lo interpretamos de modos tan opuestos que origina el duro título de esta columna, alusivo al profundo y potente nivel de aborrecimiento recíproco que manejamos en el campo político, pues unos (de izquierda) nos aborrecen a los de este lado (derecha) por unas cosas, y otros de este lado a los del otro por otras. El reino del hartazgo entre totalitarios y demócratas. 

Por qué nos aborrecen los totalitarios. Barajemos despacio: 

• Porque creen y hacen creer que los de este lado (la “derecha”) somos los generadores de lo perfilado en el diagnóstico por ser esclavistas, enemigos del pueblo, corruptos, fascistas, paramilitares, egoístas, opuestos al progreso de los pobres, clasistas, explotadores, injustos, inequitativos, irresponsables, insolidarios, soportes del sistema capitalista y las oligarquías, y tantas cosas más, dichas en las redes (anti)sociales, la web, los medios, los libros, las protestas, las cátedras, los sindicatos, los templos, las ONG, y un amplio abanico de escenarios. 

• Porque, a diferencia de ellos, proclamamos la democracia para Colombia, las libertades responsables, la justicia social, la inclusión, el progreso universal, la separación de poderes, la iniciativa privada en armonía con las instituciones. Y porque reconocemos –pese a los problemas– logros significativos y constantes en no pocos frentes del bienestar general.

• Porque estamos en total desacuerdo con que la solución, “sagrada, no negociable”, a los problemas, que resolverán en meses o semanas, es el sistema comunista o socialista. Sí, el inspirado por Marx, Lenin, Mao, Stalin, Tirofijo, el Mono Jojoy y otras glorias, la vía exclusiva hacia paraísos como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte, etc. Y, por supuesto, el que durante lustros prevaleció, con represión sin limitaciones, en la URSS y en la colección de “paraísos” de la Europa del Este. No hay más camino, pues, para la felicidad de nuestro país, que hoy, con cierto matadito de ojo, recuerda la batalla del puente de Boyacá, el 7 de agosto de 1819.

• Porque rechazamos enfáticamente que utilicen todas las formas de lucha (todas son todas) para neutralizar o destruir el sistema actual y sus soportes, e imponer y conservar el nuevo, al precio que sea, para lo que usan partidos de nombres simpáticos: “Colombia Humana”, “Comunes”, “Congreso de los Pueblos”, etc., que se disolverán en uno solo: el comunista. Lenin, Mao, Stalin, los Castro, etc., lo hicieron así. 

Por qué aborrecemos a los totalitarios. Barajemos y repartamos de nuevo:

• Porque es injusto y mezquino, al ser falso, que nos señalen de ser los creadores y sustentadores de las condiciones expuestas en el diagnóstico, condiciones en gran medida fruto de las acciones que la izquierda, apoyada in péctore por el “mamertismo”, ejecuta desde hace décadas contra el pueblo y su progreso. 

• Porque aspiran a imponer un sistema condenado por la Historia y las sociedades en virtud de su alto grado de anacronismo, perversidad, inconveniencia y frustración para la felicidad humana y la vigencia de los derechos individuales.

• Porque emplean todas las formas de lucha posibles no solo para destruir el imperfecto sistema democrático actual, sino para imponer el aún más imperfecto y pérfido sistema comunista, o como se le quiera llamar. Dinámica en la cual, dado que nos detestan sin medida, si llegan a triunfar, seremos controlados, perseguidos, neutralizados, confinados, excluidos. Incluso asesinados. Es una gente lógica…

¡Y se quedaron cartas sin repartir! …Colorín colorado.

INFLEXIÓN. Para que muchos colombianos dejemos de aborrecernos, creamos que serán necesarios milagros en el corazón obrados por un mesías demócrata. Porque creer en los de un mesías totalitario es como creer en la mierda con endulzante.

Por: Ignacio Arizmendi

07/08/21

Más KienyKe
Un experto en whisky nos comparte varios tips útiles para disfrutar de esta bebida en el marco del Festival Vallenato.
El canciller encargado, Luis Gilberto Murillo, reveló que el Gobierno estudiaba "desde hace mucho tiempo" la decisión de romper relaciones diplomáticas con Israel.
¿Quién es el hombre detrás de 'Mr. Taxes'? Luis Carlos Reyes, contó en Kienyke.com su historia de vida, y los retos al frente de una entidad como la DIAN.
Los habitantes de este sector ya no tendrían que preocuparse por los campos minados que quedaron del conflicto.