Las amenazas y la improvisación se volvieron las mejores herramientas para lanzar cualquier estrategia. Como si no hubiese sido un error la virtualidad, ahora, lanzan una presencialidad obligada y sin recursos ¿Cuáles serán los resultados? Siga leyendo y le cuento.
Ya todos sabemos los efectos de la grandiosa virtualidad que lanzaron sin pies ni cabeza, en donde se graduó una generación de “mediocres” y antes que me tiren pullazos por el término “mediocres” hagamos un auto-análisis si la educación virtual recibida fue digna de un bachiller o quizás un profesional. No nos digamos mentiras, los médicos no van a operar viendo “The Good Doctor” y tampoco los abogados aprenden viendo “Caso Cerrado” y mucho menos un niño de primer grado aprende las tablas con vídeos de YouTube ¿Por qué? Porque dentro del proceso educativo para que un ser humano aprenda, influyen factores como lo es el entorno y contexto, los cuales no son aptos dentro del hogar.
Ya entendiendo que la virtualidad fue un fracaso, que dejó muchos estudiantes sin educación y múltiples brechas socioeconómicas abiertas, Podríamos decir que llegó el 2021 y todo fue cogiendo un mejor rumbo, ya los estudiantes sabían cómo es el proceso educativo virtual, que a pesar de ser pésima la calidad académica se iban a ir acostumbrando. Pero ¿Qué pasó? Ad-portas de finalizar el primer semestre, se llenó de resentimientos y odios el MEN, y así generó una resolución en la cual obligan a los estudiantes a ir a clases presenciales y mejor aún, de la misma rabia que tenían por las jornadas de protestas, no le van a pagar a los docentes o administrativos que no vayan a dar clase.
Hagamos un resumen: Entramos a una virtualidad obligada en donde hubo varias afectaciones a los colombianos, finalizamos un año académicamente malo –aunque el puntaje se haya llegado a los 500 puntos del ICFES- no se puede decir que hubo calidad académica; luego, llega el año 2021 y cuando ya se estaban acoplando a la virtualidad, el gobierno en un ataque de rabieta –porque no es una decisión coherente- da luz verde para el retorno a la presencialidad de forma obligada.
La pregunta es ¿Qué vendrá ahora? Probablemente protestas, quizás más bloqueos y demás. Aunque es preocupante para el sector económico, lo más alarmante va a ser el índice de contagios y la poca asertividad que habrá para garantizar procesos pedagógicos dignos. Dejemos la utopía al lado, los planteles educativos por mucho tiene agua, por mucho tienen un techo sin humedades, y aún con infraestructura “sana” -que son contados los colegios con dichas características- haría la falta el espacio para organizar un salón de 40 “pelados” donde deben solo deben de haber 15.
En fin, esperemos que el desenlace de este año sea mucho mejor que el anterior, que quizás yo sea el equivocado y la presencialidad sea la solución; aunque, dudo mucho que la solución sea obligar a ir a presencialidad asumiendo la responsabilidad total, los padres de familia.
Bendiciones para todos, bonito domingo y que pasen una excelente semana.