Leo una larga e interesante entrevista con el ex presidente del Gobierno español, José María Aznar en la que el político conservador pinta un cuadro desolador con todo lo que pasa en España en este momento. Y, naturalmente, da en esas declaraciones la fórmula mágica para salir del marasmo en el que está hundida la sociedad española.
Dice Aznar, y creo que es cierto, que su país se encuentra en regresión y que sufre una triple fractura: económica, política y social. Y del actual presidente, Pedro Sánchez, del timonel que conduce la nave de la octava economía del mundo, dice que es tonto. Yo no me atrevería a llamarlo así, yo diría que es un cínico; Pedro Sánchez es uno más de esos tipos que hay muchos hoy por todas partes que quieren el poder a toda costa.
Por ejemplo, con tal de que le aprobaran el presupuesto los nacionalistas catalanes, su pacto más reciente ha sido un acuerdo para que el idioma castellano deje de ser lingua franca; es decir, que el castellano deje de ser oficialmente el idioma que hablan todos los españoles, un asunto que está reconocido incluso en la Constitución como derecho y deber en España. Como dicen los mexicanos, eso a Sánchez le vale madre. Ya consiguió los voticos que necesitaba de los catalanes y se queda tan pancho después de eliminar el castellano como lengua vehicular de los españoles. Lo suyo es aferrarse al poder como sea, tan bobo no parece.
Pero volviendo a las declaraciones de Aznar, el líder del Partido Popular asegura que España necesita una gran alianza de moderados y modernizadores. Lo que a uno le gustaría saber es de dónde los piensa sacar él, quien con una de las decisiones más clamorosamente estúpidas que se conozcan en política internacional, encumbró en el poder al dirigente del Partido Socialista que más daño ha hecho a España, José Luis Rodríguez Zapatero. La moderación que imperaba en el Partido Socialista Obrero Español, PSOE, acabó con la llegada al poder de Zapatero gracias a la decisión de Aznar de meter a España en la guerra de Irak.
Efectivamente, en este momento lo más sensato para España sería la confluencia de las dos grandes fuerzas políticas que gobernaron el país durante cuarenta años, el liberal Partido Popular y un partido socialdemócrata que ya no existe en España, porque el PSOE es hoy una plataforma de fuerzas de izquierda cuyo objetivo es, como muchos de sus integrantes admiten, “acabar con el régimen del 78”, es decir con el pacto político llamado Transición que llevó a España al período de mayor bienestar que ha conocido ese país.
Hoy no hay posibilidad de esa gran alianza de fuerzas moderadas y la propuesta de Aznar ante la desastrosa situación de España no son más que las reflexiones del bombero pirómano, soberbio y chulesco que ha sido siempre. El único de la Foto de las Azores —él, con Georges Bush y Tony Blair— que nunca ha admitido que fue mentira todo aquel cuento de las armas de destrucción masiva.
No hay con quién hacer esa gran alianza, señor Aznar, por sustracción de materia, porque el PSOE moderado acabó encumbrando usted al poder a Zapatero, padre espiritual de Sánchez. Y también de su vicepresidente Pablo Iglesias. Y siéntese a esperar, porque estos dos tienen para rato en el poder.