Un informe de UNICEF sobre la posición de los países ricos con respecto al cuidado infantil realizado en el primer semestre del 2021, encontró que la nación con los mejores índices en este aspecto fue Luxemburgo, y de América Latina apenas se sumaron al listado Chile y México. Colombia no hace parte de los países que cuentan con políticas favorables respecto al cuidado de los niños, ni tampoco se suma a la lista de 41 estados de altos ingresos que forman parte de la OCDE, por dichas razones no compite en el ranking.
Una cosa que si pone en evidencia nuestras cualidades para garantizar calidad de vida de los niños y niñas del país son “las tendencias ocupacionales de las mujeres, quienes han sido tradicionalmente las cuidadoras, nos indican que persiste en el país un déficit del cuidado, en el sentido de que sobresalen las dificultades para alcanzar niveles satisfactorios de bienestar de quienes cuidan – tiempos, recursos, transporte, apoyo estatal”, esto según la organización social del cuidado de niños, , niñas y adolescentes en Colombia.
Es difícil pensar en un trabajo más importante para el bienestar y la prosperidad a largo plazo de una sociedad que la crianza de los hijos. Sin embargo, la economía de mercado valora el trabajo fuera del hogar que produce bienes, servicios y ganancias mucho más que el trabajo de crianza. Si bien el valor de la paternidad es, bueno, infinito, no se mide en gran medida en nuestro producto interno bruto.
Coincido con el sentimiento de muchas madres en el país que sufren por el estrés de tener que ir a trabajar y sentir que es otra persona la que está criando a sus hijos, pero también sé que este es un problema que afecta a los padres en todas partes.
Otro aspecto que es importante rescatar sobre la crianza y el cuidado en la infancia, son los índices de separación de los niños y niñas de sus familias, en la mayoría de los casos por violencia sexual y maltrato infantil, según cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. En Colombia más de 150 niños y niñas sufrieron diariamente de alguna vulneración de sus derechos y en 2021 se atendieron 55.253 casos de niños que requirieron de apoyo del sistema de protección, siendo este el periodo con mayor número de casos en la historia del país, esto de acuerdo al informe anual de Aldeas Infantiles SOS Colombia, una organización internacional que atiende a millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que han sido separados de sus familias de origen.
Afortunadamente existen múltiples razones para ayudar a los niños y niñas a tener un futuro. En el caso de aquellos menores que han sido separados de sus familias, las organizaciones internacionales como Aldeas Infantiles ofrecen programas para apadrinar a millones de niños en el país que necesitan educación, protección, igualdad de oportunidades, alimentación y sobre todo un hogar. Desde casa también podemos contribuir con mejorar la calidad de vida de los niños, empezado por nuestros hijos expresando afecto, presencia física, construyendo límites y consistencia a través del ejemplo, y no tolerando ningún acto degradante o humillante hacía los niños y niñas.
Por eso, si yo fuera niña me documentaria sobre mis derechos y aprendería a defenderlos a capa y espada. Preguntaría por qué hay circos muy de vez en cuando. Por qué no me llevan a canchas deportivas o a la biblioteca. Por qué estoy tantas horas viendo televisión o videos en el celular. Preguntaría por qué me infunden el miedo en cada cosa que hago, por qué no me dejan construir mi criterio. Por qué me asignan una profesión si no saben o conocen mis gustos. Preguntaría por qué hay tantos niños que comen solo una vez al día y dependen de lo poco que les da el gobierno. Y me preguntaría si tengo buenos motivos para celebrar el día del niño.
Por eso cuidémoslos y amémoslos. Porque “si quieres que tu hijo sea bueno, hazlo feliz” Héctor Abad.
