Desde Dublín hacia Londres (y regreso) pagué 30 dólares por el boleto de avión en British Airways. Casi cancelo el viaje por el tema de la pandemia, pero ya les había contado que no me lo creí hasta que iniciaron el toque de queda en muchos países del mundo. Eso sí, de los últimos países en reaccionar fue Reino Unido y mucha tela hay que cortar por la ineptitud del primer ministro quien anticipó que eso de cerrar fronteras y “aplanar la curva” era una payasada.
Luego leí en el New York Times (soy una adicta a ese periódico) que el tipo estaba padeciendo de fiebre alta y que el virus se lo estaba llevando (a cuidados intensivos). Muchos periódicos lo criticaron por su falta de candor en medio de esta crisis mundial y otros lamentaron que no fuera la primera vez que el señor Johnson actuara de esa manera.
Recuerdo que después de aterrizar me fui a comprar el periódico (a dondequiera voy lo hago) generalmente el más leído por la población, y en este caso, me asustó la primera plana. De acuerdo con aquel periódico Inglés, aplanar la curva era inútil y se incentivaba a los británicos a salir y exponerse al virus para generar anticuerpos.
Mientras la gente hacía caso a las directrices del Primer Ministro de Gran Bretaña, yo andaba limpiando donde quiera me sentaba con unas toallitas de hipoclorito de sodio, usando una máscara, y lavándome las manos cada treinta minutos. La gente por su parte se conglomeraba a ver los artistas callejeros (muchos y muy buenos) sin el menor cuidado de mantener distancia los unos a los otros.
Durante ese viaje, mi único momento al interior de un edificio fue para almorzar. Para mi sorpresa, los restaurantes en Londres no conservan distancia alguna entre las mesas, tal vez para darle un ambiente más acogedor al lugar deciden apiñar a los clientes. Sin embargo, para mí la sensación de sentirme apretada mientras me comía el plato típico londinense (pescado apanado con papas fritas), fue desastrosa.
De las cosas para no olvidarme hacer durante mi visita a Londres estaban la foto con las cabinas telefónicas rojas y una foto con el bus rojo de dos pisos. Adicionalmente, ir a Londres y perderse el cambio de guardia en el Palacio de Buckingham es un desperdicio. Por esa razón, yo verifiqué que ocurriera durante el día de la semana que iba a visitar, porque literal, viajé a las 6am y me regresé a las 8pm.
En el Top 5 de mis lugares favoritos caminado y en el orden que quieran están:
- Chinatown Gate: Guarnecida con colores y diseños propios de la Dinastía Qing, esta portezuela es la apertura física al barrio chino construido desde 1950. El diseño al interior del barrio tiene una mezcla chino-londinense por los edificio altos y de ventanas conservadoras, y los techitos chinos de los restaurantes.
- Buckingham Palace: La parte más agradable de pararme ahí fue ver el contraste entre las pintas ceremoniales de los soldaditos de la infantería con uniformes de la moda de 1900 y los soldados del MI5 vestidos en sus uniformes negros y holgados y con sus ametralladoras modernas.
- Westminster Hall: Un edificio con una imponencia como ningún otro; su techo tiene la suntuosidad propia de las edificaciones del Siglo XXI y es el lugar donde se encuentra el Parlamento.
- London Eye: Es la cuarta rueda de la fortuna más alta del mundo y alcanza casi 140 metros de altura. Además, cada cabina está diseñada para albergar hasta 15 personas en cada vuelta que puede durar hasta 40 minutos. Lo venenoso es el valor del tiquete para subirse de casi 200.000 pesos (47 dólares) por persona. Hay muchas otras actividades para hacer en esa área como museos, y negocios de juegos como laberintos, etc.
- Picadilly Circus: No es un circo; el nombre se deriva del Latín circus o intersección en español. Básicamente es un área un poco parecida a Times Square en Nueva York, pero en un nivel menos agobiante. De esas fotos que no pueden faltar está la de las parejas cerca de la estatua de Cupido.
Les escribiré en 15 días de mi viaje a Berlín, del que nunca les hablé porque no había tenido tiempo para escribirles sobre ese paseo. Ahora me voy a descansar porque es mi cumpleaños y mi familia me tiene una sorpresa.
Hoy desde Londres, mañana desde algún otro lugar.
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