Esta aplicación es inevitable, cada minuto se envían 47 millones de mensajes. Aquí está todo el mundo y todo el mundo está en Whatsapp. Una de cada 7 personas en todo el planeta utiliza esta App. ¡Su poder es imperial!
Enviar fotos, chatear, compartir audios, y hasta con absoluta precisión, dar a conocer la ubicación de forma rápida y gratuita. Todo esto, ha facilitado las comunicaciones sin antecedentes. Alguien sostuvo que: “ Whatsapp acerca a los que están lejos y aleja a los que están cerca”. Pero es a juicio de muchos, uno de los grandes inventos del siglo XXI.
Whatsapp ejerce influencia sobre muchos aspectos de la cotidianidad. Y por supuesto se constituyó en una herramienta de múltiples impactos, toca las relaciones familiares, amigos, negocios, trabajo, ocio, política y hasta se gobierna desde el Whats, como cariñosamente muchas personas se refieren.
Vivimos tiempos de conexión permanente. Este año el servicio de mensajería alcanzó la cifra de 2 mil millones de usuarios, y además; es la aplicación más descargada en Google Play y App Store y es usada en más de 180 países. Se realizan 55 millones de video llamadas al día. Es sin duda un fenómeno comunicacional.
Los números mandan. Es la más popular del mundo, su dominio es transversal a todo. En los negocios, por ejemplo, las marcas a través de listas de difusión, promocionan todo tipo de novedades a sus clientes, y también, en los estados de Whatsapp, es muy común ver novedades y hasta en los perfiles se actualizan con logos de la empresa. En época de explosión de emprendimientos por la crisis global, ¿Qué esperas para mover tu idea?
Está bien, hablemos de los grupos de Whats. Son innumerables, los hay de familia, trabajo, egresados de la universidad, colegios, amigos y política. Allí pasa de todo y todo pasa allí: Los que escriben mucho, algunos que ni saludan, en ocasiones envían contenidos inapropiados, se generan hasta discusiones; es como la vida misma, pero virtual, hasta que alguien se sale del grupo o lo eliminan. Y no falta al que bloquean. Y casi todo comienza con: “en mi humilde opinión…”
También, se gobierna desde lo virtual. Nuestros líderes, políticos y mandatarios están reemplazando las reuniones por los chats y los mensajes de voz, lo que implica menos análisis de diferentes temas, para darle paso a lo urgente e inmediato. Se ejerce poder artificial.
Y en la contienda electoral es determinante. Desde el whats se envían videos cortos del candidato, vallas digitales, tarjetones virtuales, pedagogía para votar, propuestas de campaña y motivación al elector. Se construye opinión pública.
Pero hay poca paciencia. Se estima que una persona solo dedica 5 segundos para observar un contenido, si éste no es atractivo, se pierde cualquier posibilidad de conexión. Por eso la atención es uno de los recursos más escasos de la humanidad. Estrategias con mucha innovación se necesitan para hacer click con las personas.
El lenguaje también se modificó. Al menos el 10% de las conversaciones por Whats están acompañadas por los emojis o stickers. El ahorro de palabras se justifica con estos nuevos elementos de comunicación, que para algunos agregan emotividad a las conversaciones y para otros, los emoticones empobrecen el lenguaje. ¿Carita felíz o triste?
Por otro lado, muchos medios de comunicación habilitaron mensajes de voz para tener una mayor cercanía con la audiencia. Ahora se informa por esta vía.
En Colombia se calcula que las personas con un teléfono móvil, tienen a Whats como la reina de las aplicaciones, más del 80% la utiliza. Un colombiano entra al menos 50 veces al día para desbloquear su celular y lo primero que hace, es ingresar a la App de mensajería.
El imperio del Whatsapp es arrasador. Mientras millones se comunican por esta vía, otros siguen privilegiando una conversación directa con un buen café o capuchino. Con azúcar, por favor.
La pregunta incómoda
¿Estarían de acuerdo que los jóvenes puedan ejercer el derecho al voto desde los 16 años?