Las épocas decembrinas vienen cargadas de emotividades, algunas positivas y otras melancólicas. En esta ocasión, a mí me tocó un poco de ambas. Esta será la primera navidad y bienvenida de año nuevo que deberé enfrentar con la ausencia de Carlos Holmes Trujillo, mi papá. A pesar de ello, recorrer mi país mientras emprendo el camino al Senado de la República me ha traído nuevas amistades, gente buena y esperanzada en un mejor porvenir.
Ahora que nos encontramos en los últimos días del año, es mucho lo que nos queda por analizar. En este lapso de tiempo presenciamos como algunos mandatarios traicionaron a sus electores; vimos al pueblo volcarse en contra de las instituciones del Estado; vivimos un país de todos contra todos, salvo por algunos casos de unión y solidaridad que expresan el verdadero espíritu del colombiano.
Este fue, quizás, uno de los años más difíciles de la década. Sumado a los estragos que la pandemia deja a su paso el estallido social y esas marcadas divisiones que tienen polarizado al país, que sumieron a las familias colombianas en la incertidumbre y con una profunda sensación de desesperanza que recorre cada rincón del territorio nacional.
Las justas electorales se acercan, el 2022 será decisorio para reconstruir el tejido social del país o para quedar en manos de dirigentes que desafíen los principios de nuestra democracia. Por ello, como colombianos deberíamos vivir esta época decembrina como una oportunidad para festejar que nos ayude a alivianar los duros tiempos actuales y que se avecinan, también es el momento idóneo para cuestionar, mientras nos encontramos sumidos en una reflexión, acerca de lo que fue y de lo que puede ser.
Colombia no necesita más extremismos, Colombia necesita carácter y sensibilidad social. Colombia no necesita más desunión, necesita líderes que aúnen esfuerzos para sacar adelante el país. Colombia necesita humanidad y personas que quieran trabajar alejadas de todo egoísmo. Necesitamos unión, empatía y ganas de crear y trabajar.
La invitación es que con esto en mente asumamos el nuevo reto que se nos avecina, este nuevo año será la oportunidad para rehacer el país. Yo asumo ese desafío, quiero elegir a quienes puedan llevar esas banderas y quiero ser elegido porque sé que puedo hacerlo. Lo quiero hacer en el Senado, pero hay tantas dignidades que deberán ser ocupadas en el 2022 y en el 2023 que cada pieza de este rompecabezas será clave.
Las cartas están sobre la mesa, TÚ MANDAS.