Colombia, El País de la Belleza, vive hoy una oportunidad histórica para transformar su riqueza natural en desarrollo económico inclusivo y sostenible. La semana pasada, en el Encuentro de Desarrollo Sostenible 2025, organizado por ProColombia en alianza con La Nota Económica, quedó en evidencia que nuestro enfoque colectivo no se limita al diagnóstico: estamos movilizando políticas, inversiones y capacidades para que la sostenibilidad sea el eje de la competitividad nacional.
Este fue un ejercicio de coordinación entre gobierno, empresas, academia y territorios que trazó rutas concretas para escalar proyectos con impacto ambiental, social y económico.
Lo que ofrecemos al mundo es una apuesta rentable y responsable: recursos excepcionales como talento, biodiversidad y locaciones estratégicas, combinados con un entorno público-privado que facilita convertir esos activos en cadenas de valor de alto contenido tecnológico y sostenible. Colombia no es solo un país biodiverso; es un país que ha consolidado marcos regulatorios, incentivos y herramientas financieras para que la inversión verde sea viable y competitiva. Esa convergencia reduce riesgos y mejora la predictibilidad, condiciones que los capitales globales valoran cada vez más.
La transición energética promovida por el gobierno del presidente Gustavo Petro es una palanca central de este cambio. Contamos con una matriz en expansión hacia energías limpias y con proyectos de almacenamiento listos para escalar; el interés internacional por operar en nuestro territorio confirma la confianza en esas señales.
De forma paralela, el desarrollo de hidrógeno verde y de combustibles sostenibles de aviación (SAF) abre ventanas industriales y de exportación que requieren tecnología, capital y alianzas público-privadas. Invertir en estas áreas es construir activos con demanda creciente a escala global y fortalecer la resiliencia de las economías regionales.
La sostenibilidad ya permea otros sectores estratégicos. En agroindustria, la combinación de trazabilidad, prácticas sostenibles y mayor valor agregado posiciona productos colombianos en segmentos premium. En turismo, la apuesta por experiencias responsables y certificadas demuestra que proteger el patrimonio natural amplifica la rentabilidad y multiplica oportunidades locales. En manufactura y servicios, la economía circular impulsa proyectos que reducen costos, optimizan materiales y abren nuevos nichos. No son ideas teóricas: son desarrollos concretos que generan innovación empresarial y fortalecen territorios.
El Estado ha jugado un papel decisivo al ofrecer coherencia y seguridad: hojas de ruta sectoriales, esquemas de incentivos y mecanismos de apoyo que buscan estabilidad y claridad. Pero las políticas necesitan traducirse aún más en proyectos y su materialización; para ello se requiere capital privado, conocimiento tecnológico y visión de largo plazo por parte de inversionistas.
Desde ProColombia actuamos como puente entre esa oferta pública y la capacidad privada: identificamos oportunidades, articulamos proyectos con socios locales y facilitamos el diálogo con comunidades y autoridades para asegurar impactos positivos y perdurables. Nuestro propósito es hacer viable la inversión desde el primer contacto hasta la ejecución, reduciendo fricciones y garantizando respeto por la biodiversidad y los derechos territoriales.
El momento para actuar es ahora. La invitación a fondos institucionales, compañías industriales, desarrolladores de energía y emprendedores globales es a convertir el interés en compromiso en segmentos como energías renovables y almacenamiento a gran escala; hidrógeno verde y SAF; cadenas agroindustriales con trazabilidad y valor agregado; turismo de naturaleza con enfoque comunitario; soluciones de economía circular en manufactura; e instrumentos financieros que permitan financiar conservación con retorno.
Cada una de estas rutas genera empleo local, encadenamientos productivos y la posibilidad de exportar no solo bienes, sino modelos sostenibles replicables en la región.
ProColombia, en coordinación con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y otras entidades, estará al frente de ese proceso, conectando capacidades y asegurando que los proyectos se alineen con las prioridades nacionales de descarbonización, conservación e inclusión. El Encuentro de Desarrollo Sostenible 2025 marcó compromisos y agendas concretas; ahora requieren capital y ejecución para materializarse sobre el terreno.
Colombia está lista para ser la plataforma de inversión sostenible de la región. Ofrecemos estabilidad, recursos estratégicos y una voluntad decidida para acompañar la inversión que aporte al desarrollo y la competitividad de nuestros territorios.