“La plata...la plata... no se haga matar...”, fueron las palabras que un ladrón le dijo a John, de 37 años, mientras le apuntaba con un revólver calibre 38. Minutos antes, John había retirado de una entidad financiera 12 millones de pesos.
La víctima entregó el dinero. Los ladrones huyeron en una moto color negro, las placas estaban tapadas con un trapo. El hombre solamente perdió el dinero, a él, aunque corrió peligró, no le ocurrió nada.
Don Justiniano Roa, un señor de 70 años, no corrió la misma suerte. El pasado 9 de junio también fue víctima de los ladrones o 'Fleteros'. El hombre, habitante de la localidad de San Crsitóbal en el sur de Bogotá, retiró cinco millones de pesos de un banco del barrio 20 de julio. Cuando don 'Justo', como le decían sus conocidos, iba llegando a su casa dos delincuentes a bordo de una motocicleta negra se le acercaron, lo intimidaron y le ordenaron entregar el dinero. Don 'Justo', al parecer, intentó evitar el hurto. El hombre que lo amenazaba con el revólver no dudó en dispararle dos veces para quitarle los cinco millones. Don Justiniano perdió la vida a dos cuadras de su casa. El dinero era para pagar a unos obreros la obra que hacían en el lugar donde vivía.
El 31 de julio, tras siete meses de investigación, seguimientos y rastreos, la Sijin logró capturar a la banda de fleteros que asaltó a John y mató al veterano 'Justo', quien era comerciante de Corabastos. Tras la detención de la banda, conocida como 'Los Sureños', KienyKe.com dialogó con uno de los investigadores del operativo, quien contó cómo actúan los ladrones para cometer este delito.
La organización
'Los Sureños' se dedicaban a atracar, principalmente, en el sur de la ciudad, de ahí su nombre. Los sectores que estos sujetos frecuentaban eran las zonas bancarias de Kennedy, 20 de julio, Restrepo y Puente Aranda, pero cuando habían cometido varios delitos en una misma zona se marchaban a Chapinero y algunos sitios del norte, mientras el sur se "enfriaba.".
El agente de la Sijin, que pidió ocultar su identidad, indicó que este tipo de bandas tiene, casi siempre, la misma organización: un líder o jefe, logísticos, marcadores, cogedores y sacadores.
Los logísticos son quienes consiguen las armas y prestan sus propios vehículos, motos o carros, para hacer los asaltos. Ellos no intervienen durante el robo. Esperan, en puntos estratégicos, a que las cosas no se les compliquen a sus cómplices. Si la banda ve que la policía está cerca o que hay movimientos sospechosos, los logísticos prenden motores, esperan una señal, reciben las armas y el dinero, las esconden en el carro y se marchan en otra dirección para despistar a la autoridad cuando hay persecuciones, que son poco frecuentes.
Banda 'Los Sureños', sindicada con más de 50 fleteos en Bogotá y dos asesinatos.
Por su parte, los marcadores son los encargados de entrar a las entidades financieras y observar quién retira una importante cantidad de dinero. Su interés se despierta cuando alguien posee más de un millón de pesos. Las autoridades reportan fleteos superiores a los 100 millones.
Los marcadores procuran estar siempre bien vestidos. “Ellos se visten como un joven estrato tres o cuatro que va a hacer una transacción. Aveces se camuflan como mensajeros. Estos sujetos llegan al banco, simulan llenar un recibo y hacen la fila normal. No quitan el ojo de las personas que se acercan a la caja. Si ya están por llegar al comienzo de la fila, simulan olvidar algo y se marchan, otro marcador vuelve pocos minutos después”, indicó el investigador.
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Este audio fue interceptado a la banda 'Los Sureños'. luego de cometer un fleteo.
Cuando un usuario recibe una buena suma de dinero el marcador tiene que esperar dentro del banco hasta darse cuenta en qué lugar guarda el efectivo, en una maleta, dentro de qué bolsillo, en una chaqueta o si dividió la plata. Tiene la tarea de identificar a la víctima y entregar la información a los 'cogedores'.
Con el fin de tener una mejor vista desde afuera, el marcador casi siempre sale del banco antes que la víctima. Es en este momento cuando llama por celular al cogedor y en clave informa cómo va vestida la víctima, y lo más importante, dónde lleva el dinero. Así termina su participación.
El cogedor es el elemento más peligroso de la banda. Es el hombre que se acerca a la víctima, la insulta, la intimida con armas y le arrebata el dinero. “El cogedor es siempre un hombre al que no le importa matar si tiene que hacerlo. El líder de la banda lo escoge por su sangre fría y por su actitud criminal. Estos hombres casi siempre tienen antecedentes por hurto a mano armada, homicidio, porte de armas de fuego”, declaró el detective.
En la banda 'Los Sureños' había tres cogedores. Uno de ellos, alias 'Piquiña', fue identificado como el asesino de don 'Justo' y también el que accionó el gatillo contra Iván Rene Rincón, un taxista de 22 años que en Ciudad Bolívar quiso evitar que a su pasajero le cometieran fleteo. 'Piquiña' se llevó 10 millones de pesos y en medio de este hecho Iván, padre de un bebé de tres meses de nacido, perdió la vida.
El agente de la Sijin le contó a KienyKe.com que cuando a 'Piquiña' se le preguntó por qué había disparado contra sus víctimas, este, con una sonrisa irónica respondió: “Fue por darle gusto al dedo”.
Los sacadores son las personas que conducen las motos que interceptan a las víctimas. Son expertos conductores de motos. “Son buenos pa' manejar”, apuntó el agente. Los sacadores esperan a que el cogedor haga su trabajo y esperan a unos cuantos metros de su cómplice para sacarlo del lugar. Casi siempre manejan motos de alto cilindraje. Usan regularmente motos tipo enduro 350 o 600 cc. “Las enduro (tipo cross) dan mayor maniobrabilidad a la hora de huir”, contó el policía.
Organigrama de la banda de fleteros 'Los Sureños', desmantelada por la Sijin el pasado 9 de agosto.
El jefe de la banda es quien propone llevar a cabo los delitos. Es el que consigue las herramientas para trabajar: motos, armas, carros, observa rutas de escape y pone en funcionamiento el plan delictivo. El líder participa activamente en la operación, como marcador o logístico.
El 'modus operandi'
Antes de llegar a una zona de acción ellos analizan las rutas de escape. Observan dónde están los policías, que es casi siempre en los mismos puntos. Dónde se generan menos trancones. Dónde hay calles poco transitadas. Qué atajos pueden utilizar. Dónde pueden esconderse en caso de emergencia, lugares como centros comerciales, parqueaderos, etc.
Luego la banda llega a los puntos donde hay movimiento bancario. Los logísticos se ubican en puntos estratégicos para acompañar a los otros participantes de la organización.
Mientras que los marcadores están dentro del banco identificando víctimas, los sacadores y cogedores, montados en una de las motos, se ubican cerca del banco en dirección hacia donde van los vehículos, ya que casi siempre los usuarios retiran el dinero y salen a coger un taxi o un carro particular los espera a las afueras de la entidad.
Cuando las víctimas abordan un vehículo todos los integrantes de la organización los siguen. “El momento de ejecutar el fleteo es, casi siempre, cuando las víctimas van llegando a sus residencias. Por dos razones: las víctimas se sienten más seguras en la puerta de su casa y porque es el momento en que el carro donde va la víctima se detiene por completo”, indicó el detective.
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Esta interceptación telefónica es de una banda de fleteros de Barranquilla.
El sacador se acerca con la moto. El cogedor desenfunda el revolver e intimida a la víctima, como ya sabe, previa información del marcador, quita la maleta o pide la plata que está en 'tal' bolsillo de la chaqueta o el pantalón. Sacador y cogedor huyen. Logísticos esperan en una esquina, cierran pasos a posibles seguimientos, reciben armas y dinero para despistar autoridades o van indicando rutas de escape.
El botín ahora está en manos de los ladrones quienes mientras huyen se hablan por teléfono para saber por dónde huir sin problemas. Una banda de estas lleva a cabo al día dos o tres fleteos. En promedio facturan entre tres y cinco millones de pesos diarios, lo que al mes daría unos 120 millones.
Así operan las bandas de fleteros
Vie, 15/08/2014 - 14:06
“La plata...la plata... no se haga matar...”, fueron las palabras que un ladrón le dijo a John, de 37 años, mientras le apuntaba con un revólver calibre 38. Minutos antes, John había retirado