Un hombre estadounidense, identificado como Andrew Urdiales, recibió la sentencia de cadena perpetua tras haberse comprobado que fue el asesino de ocho mujeres en el país norteamerica, ejecutando cinco homicidos en California y tres en Illinois.
La audiencia, que se llevó a cabo en Santa Ana, también dejó abierta la pena de muerte para el ya condenado asesino, pues algunos familiares de las víctimas claman su muerte como castigo.
Los hechos que ocurrieron en California se presentaron en los condados de Riverside, San Diego y el Condado de Orange. Una de sus primeras víctimas fue una joven universitaria de 23 años que murió en 1986 cuando fue apuñalada 41 veces. En ese entonces Urdiales tenía 21 años y era miembro de la infantería de la marina, y estaba estacionado en la base de San Diego.
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En otro caso, la policía encontró el cuerpo desnudo de una mujer flotando en el río Vermilion, en el condado de Livingston, Illinois, el 14 de julio de 1996. A la víctima la habían amordazado y encadenado muñecas y tobillos, además, recibió un tiro en la cabeza y siete puñaladas.
Otras dos víctimas más aparecieron el 1 de abril de 1997, cuando las autoridades hallaron los cadáveres de dos mujeres en el lago Wolf, en el condado de Cook. Ambas mujeres recibieron un balazo en la cabeza y varias puñaladas.
La investigación apuntó a que el asesino era Urdiales, por lo que fue capturado, y al momento en el que le demostraron su culpabilidad, el hombre se quitó su placa de la marina y le informó a los agentes: "Bueno, supongo que hoy no iré a trabajar".
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Luego de ser hallado culpable, se le dictaminó la medida de aseguramiento y comenzó su juicio. En 2002 fue extraditado al condado de Orange para enfrentar un juicio por sus crímenes.
Sobre su caso, la defensa del asesino argumentó que el acusado sufrió tortura de niño y que además de sufrir de síndrome de alcoholismo fetal, aseguran que también fue víctima de bullying en la escuela y en la marina.
