El hombre que dibuja el rostro de los criminales

Dom, 23/11/2014 - 15:35
Justo Pastor Jaimes lleva 25 años dibujando criminales. Sabe que a la hora de esbozar a un delincuente, las mujeres tienen problemas para describir a otras mujeres.

Por el contrario, los hombres c
Justo Pastor Jaimes lleva 25 años dibujando criminales. Sabe que a la hora de esbozar a un delincuente, las mujeres tienen problemas para describir a otras mujeres. Por el contrario, los hombres cuentan con fluidez cómo es el rostro de aquellas mujeres que cometieron un delito. Para fortuna de los morfólogos, el 95 por ciento de los delincuentes, que tienen que ser buscados por medio de dibujos, son hombres. Justo Pastror tiene 50 años, su vida laboral la ha desarrollado en el departamento de morfología de la Fiscalía General de la Nación. El lápiz, una hoja de papel bond y la plastilina azul limpiatipos han sido sus inseparables herramientas durante ese cuarto de siglo. Su trabajo es dibujar los retratos hablados de los delincuentes más buscados. Hoy, mientras responde algunas preguntas acerca de su labor, dibuja uno más. Vea aquí el video en el que el morfólogo del CTI dibuja el primer retrato hablado de Pablo Escobar Gaviria. contenido player Básicamente, cuenta Jaimes, el retrato hablado es una de las técnicas más efectivas que existe para encontrar a una persona que está sindicada de haber cometido un delito, si no se tiene su plena identificación. Es una guía que utiliza el investigador para llevar a cabo la búsqueda de su presunto culpable. Gracias a los retratos hablados, los equipos de investigación criminal que están en la calle desentrañando los delitos saben cómo es la persona que están buscando. Bogotá es una gran ciudad donde ocurren miles de hechos delictivos, en la gran mayoría de ellos los delincuentes logran huir de la escena dejando atrás a sus víctimas. En un gran número de delitos hay personas que logran ver quién y cómo se cometió el hecho. Uno de los trabajos de los investigadores de calle es encontrar a ese testigo, convencerlo de que hable y ayude a identificar gráficamente al delincuente. Justo Jaimes recalca que esta técnica, el retrato hablado, es una ayuda que resalta los rasgos que los testigos observaron en el rostro de una persona. Justo Pastor Jaimes, Retratos forenses El arte de Justo Pastor Jaimes ha ayudado para que las autoridades judiciales logren la captura de los más peligrosos delincuentes del país.  Justo no solo es un artista que plasma en una hoja rostros de delincuentes. Cuando está con un testigo presencial de un delito, que es una de las piezas más importantes para armar el rompecabezas de la investigación judicial, el morfólogo (experto en las formas humanas), se convierte en psicólogo, en pescador de ideas dentro de aquel inmenso mar que es la mente humana. Este hombre, quien lleva más tiempo pintando malhechores en el CTI de Bogotá, con técnicas psicológicas encierra a los testigos en sus propios recuerdos. Dentro de la pequeña sala de entrevista, un cuarto de paredes blancas de dos metros de ancho por tres de largo, hace que un testigo, que tiene en su mente la vaga recordación de un rostro, regrese en el tiempo. Mientras que saca de su maletín una cartuchera azul, a la que el paso del tiempo no le ha sido esquivo, organiza los formatos oficiales del CTI para realizar el retrato hablado que pintará hoy y dice que la memoria humana va de lo general a lo particular. "Hay que primero meter al testigo en el entorno de aquella última o única vez que vio al presunto delincuente. Mejor dicho hay que ubicarlo espacialmente para que se devuelva a ese día". Al testigo hay que darle confianza - dice Justo - Hay que estudiar su forma de saludar, de sentarse, de hablar para sí mismo, tratarlo y hacer que se sienta cómodo. Esa es una clave que no falla. Durante estos 25 años de trabajo, el morfólogo ha recorrido casi todo el territorio nacional acompañado de sus lápices. Ha recibido como testigos a amas de casa, profesionales, habitantes de calle, reinsertados y hasta temidos delincuentes, quienes en busca de beneficios, echan al agua a sus cómplices y los describen para que queden retratados con la técnica artística de Jaimes, para que las autoridades les caigan encima. Justo Pastor y su equipo de compañeros, que son diez en Bogotá, no solamente dibujan criminales. Otra de las actividades que ocupa su tiempo profesional es la reconstrucción gráfica de restos óseos que son hallados en fosas comunes. Con diferentes técnicas, programas digitales y en asocio de médicos y odontólogos forenses y antropólogos, el morfólogo le devuelve el rostro a aquellos cráneos enterrados, los cuales bajo la tierra, por el paso del tiempo, el ambiente y los gusanos de la muerte que se carcomen la carne, no dejan pistas para saber cómo eran en vida. Sentado en la mesa de entrevistas, mientras ordena de menor a mayor grado sus grafitos, Justo Pastor explica que los lápices se dividen en suaves o duros y que los primeros se diferencian de los segundos porque producen tonalidades más oscuras. "Entre más grado tenga un grafito más suave es y por ende pinta mucho más oscuro", dice el experimentado artista quien estudió de joven dibujo publicitario, carrera con la que logró ingresar al CTI a sus 24 años. Hoy, en su medio siglo de vida, cursa segundo semestre de antropología. De un bolsillo saca las gafas que le ayudarán en las próximas dos horas a delinear y darle rostro a un recuerdo más. Mientras se acomoda los lentes dice que "ahora, con la ayuda y los avances de la tecnología, la utilización del lápiz en la elaboración del retrato se ha dejado de lado. Hay programas digitales que dibujan por uno, claro está que todos los conocimientos en morfología, osteología (estudio de los huesos) y arte, son indispensables para manejar bien el programa. También hay dibujos que se hacen con las dos técnicas: el lápiz y el computador". Justo Pastor Jaimes, Retratos forenses Jaimes lleva un cuarto de sigo plasmando el recuerdo de testigos en hojas. A sus 50 años cursa segundo semestre de antropología. Ama su trabajo. El morfólogo es quien traduce el recuerdo del testigo a un papel. Si no hay una buena comunicación entre los dos personajes, lo más seguro es que el ejercicio fracase. Justo sabe muy bien que no se puede permitir que un ejercicio falle. Él se comporta tal cual cree que su testigo se sentirá cómodo. Rompe el hilo y empieza a preguntar con el fin de contextualizar el recuerdo, ubicar al testigo en un tramo específico de su memoria. - ¿Cuándo fue la última vez que vio a esa persona que me va a describir? - ¿En qué circunstancias, y dónde la vio? - ¿A qué horas la vio? - ¿Qué estaba haciendo usted en ese momento? Primero se basa en una descripción general, que el testigo hace sin interrupciones, donde se relata la estatura, color de piel, formas del cabello, contextura y otros rasgos corrientes. Estos le permiten al dibujante tener una versión rápida del personaje y la certeza de que el testigo lo tiene grabado en su mente. En seguida, el artista se acomoda los lentes, y con ayuda de una hoja que utiliza como regla, traza en la mitad del formato una línea vertical que le servirá de guía. "La memoria es reproductora; pero solo reproduce lo que le interesa, o aquello que le marcó o que le afecta", explicó Jaimes mientras que él mismo pesca en su mente recuerdos de hace muchos años durante una jornadas laborales. Este trabajo a Justo literalmente le hizo ver hasta brujas y duendes. Ocurrió, según él, en un pueblo fantasma entre el Guaviare y el Meta. Adelantaba trabajo de campo con paramilitares que estaban en proceso de reinserción. "Los paramilitares se mandaban a sellar con brujas. Ellos mismos nos contaban que las brujas y los duendes los rezaban. Nosotros, los del CTI, nos quedamos en una casa vecina a donde se realizaban esos pactos diabólicos. Hacia la media noche de uno de esos días, un pisco salió de aquella casa en compañía de seres pequeños con rostro de humano; eran duendes. Un compañero, que aún trabaja en la Fiscalía y que es de una zona rural, fue quien nos dijo que ese pisco era una bruja, desenvainó un machete y la persiguió. Pero en segundos, ante los ojos de todos, se desapareció. Esa bruja atacó a uno de los guadaespaldas de una funcionaria de derechos humanos. Al siguiente día ese hombre, que era del DAS, dejó a su custodiada sola y huyó de aquel pueblo." Jaimes es puesto a prueba KienyKe.com solicitó al artista dibujar el retrato de uno de los peores criminales de la historia de Colombia. No supo el nombre del personaje que este periodista le describiría, pero los detalles entregados fueron suficientes para que, con su obra terminada, consiguiera éxito. El personaje que Jaimes estaba dibujando para el ejercicio de escribir este texto, sin que él lo supiera, es uno de la vida pública. Los datos específicos que iba recibiendo, los plasmaba con fuerza. Cambió pocas veces de lápiz. Casi siempre usó uno fuerte, un 2B. - Los demás - dijo - son para terminar el dibujo, hacer sombras. Justo Pastor Jaimes, Retratos forenses Después de hora y media de sesión, el morfólogo más experimentado del CTI, sin que él lo supiera, realizó el primer retrato hablado de Pablo Emilio Escobar Gaviria. El artista empezó con el contorno de la cara. Preguntó si era ovalada, larga, cuadrada, redonda. Siguió con el cabello, los ojos, las cejas, la nariz, la boca. En cada dato se concentró varios minutos. Preguntó constantemente si era así, si estaba bien, si había que borrar o poner algo más. La plastilina azul la utilizó para corregir las aclaraciones que en el camino se le iban haciendo. Las indicaciones sobre el personaje que Justo estaba dibujando se terminaron una hora y media después de iniciada la sesión. Casi todas las jornadas duran en promedio dos horas. Al final la calificación que recibió el morfólogo fue de 9.5 sobre 10. Plasmó en el papel el primer retrato hablado de Pablo Escobar Gaviria, alias el 'Patrón'. Lo más seguro es que en Colombia, en este momento,  se esté cometiendo un delito de alto impacto: un homicidio, un hurto, una extorsión, donde los retratistas del CTI o de la policía tengan que escarbar en la memoria de un testigo para realizar un nuevo retrato hablado.
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