La ciudad brasileña de Marechal Thaumaturgo, en el estado amazónico de Acre (noroeste), es la primera del país que cuenta con un supermercado ecológico en el que se puede comprar con basura reciclable.
"Todo surgió como una sucesión de ideas: vi a las comunidades indígenas con un gran excedente de frutos, los tenían que tirar de lo rico que es el suelo, pero también había muchísimos plásticos arrojados en los barrancos, por la calle (…) vi una necesidad social en un pueblo extremadamente pobre", explicó a Sputnik el ideólogo de este supermercado, llamado TrocTroc, Marcelo Valadão.
Aquí los clientes cambian botellas de plástico o latas de aluminio por cualquiera de los productos en venta en el supermercado, de forma que cada kilo de material reciclable equivale a 60 céntimos de real (19 céntimos de dólar) que se canjea por el equivalente en comida.
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En las estanterías del supermercado se encuentran sobre todo frutas, verduras y cereales producidos en la zona para mantener el espíritu sostenible de la iniciativa y poner en valor los productores locales, aseguró Valadão.
"Está siendo un éxito, en el primer mes llegamos a recoger cinco toneladas de plástico, imagina todo lo que se genera (…) ahora no se ve nada de basura en la calle", subrayó satisfecho desde esta ciudad de 16.000 habitantes en la frontera con Perú.
Además de los beneficios ecológicos, el supermercado también tiene un impacto social, ya que de la gestión se encargan indígenas de la etnia Asháninka, que pueden tener un oficio y preservar la cultura tradicional del trueque.
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Los indios Asháninka se encuentran distribuidos en pequeñas localidades a lo largo de los ríos Breu, Amônia y Arara y, aunque en Perú son más abundantes, en Brasil su población no llega a los 1.000 habitantes, según diversos estudios.
El vínculo entre lo ecológico y lo social es clave, explicó Valadão, que preside en Brasil la organización internacional House of Indians.
"Nuestro objetivo ahora es que otros pequeños empresarios nos contacten para que la idea se expanda por toda América Latina; es una respuesta social y ecológica a los desafíos de las ciudades, aquí en Marechal Thaumaturgo ya no se ve una botella de plástico en el suelo", concluyó el impulsor del proyecto.