Esta frontera fue la única que permaneció abierta durante el peor momento de la crisis de COVID-19 en Australia, la decisión fue anunciada después de que se registraran 127 contagios este lunes infecciones, la mayor cifra diaria en esa jurisdicción desde el inicio de la pandemia.
El primer ministro del estado de Victoria, Daniel Andrews, describió la decisión de cerrar ese territorio como "el paso inteligente, el paso correcto en este momento, dados los importantes desafíos que enfrentamos para contener este virus".
La vigilancia de la frontera se extiende a lo largo de 4.635 kilómetros, estará a cargo de NSW para “evitar drenar recursos que están comprometidos en luchar contra el virus en nuestro estado”, afirmó el primer ministro, al referirse este cierre limítrofe, el primero en unos cien años.
El cierre impuesto a los 3.000 residentes de viviendas públicas en Melbourne inicialmente tenía la intención de durar cinco días, pero podría extenderse si se encuentran más casos o si las personas se niegan a hacerse la prueba, dijo Andrews.
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“Sabemos que hay cuatro cruces principales de carreteras, 33 puentes, dos pasos acuáticos y una gran cantidad de pequeñas carreteras”, precisó el comisionado de la Policía de NSW, Nick Fuller, quien pidió la ayuda militar para estas labores.
Las restricciones en la frontera se dan después de un rebrote de COVID-19 en Melbourne, que se agravó desde hace dos semanas y ha obligado en los últimos días a confinar más de una treintena de suburbios en esa ciudad de casi cinco millones de habitantes, así como de nueve torres de viviendas públicas.
Las autoridades atribuyen el rebrote al incumplimiento de las medidas de restricción social por parte de los guardias de seguridad en los hoteles en donde los viajeros que retornaban a Melbourne cumplen una cuarentena de dos semanas.
Las autoridades en Australia han tomado varios hoteles en todo el país como parte de estrictos controles fronterizos destinados a frenar la propagación del nuevo coronavirus. Cualquier persona que llegue a Australia debe cumplir una cuarentena obligatoria de 14 días en las instalaciones, que son administradas por el Gobierno.