Los bomberos de la ciudad española de Murcia intervinieron la pasada madrugada en otro local de la zona de ocio Atalayas al arder un cuadro de contadores, 35 días después del trágico incendio en las discotecas Teatre y Fonda Milagros donde murieron trece personas, todas ellas latinoamericanas.
Según fuentes municipales, el incidente se produjo a las dos de la madrugada, cuando la Policía y los Bomberos recibieron una llamada por parte de los encargados del local advirtiendo de que salía humo de un cuadro de contadores de electricidad, situado en el exterior del establecimiento.
Los efectivos de Policía y Bomberos desplegados en la zona procedieron al desalojo de las personas que se encontraban en el interior de la discoteca, para mayor seguridad, y terminaron con el conato de incendio rápidamente.
Tras solucionar la incidencia, se ordenó que la discoteca permanezca cerrada hasta que se revisen las instalaciones eléctricas del local.
35 días después del incendio en La Fonda y Teatre
El conato de incendio de esta madrugada trae a la memoria el trágico fuego en las discotecas La Fonda Milagros y Teatre del pasado 1 de octubre en la misma zona de ocio de Murcia, las Atalayas, que se saldó con la muerte de trece personas, procedentes de Ecuador, Colombia y Nicaragua, y más de veinte heridos.
El fuego arrancó en uno de los locales del complejo de las Atalayas y las llamas se extendieron rápidamente a las dos discotecas anexas, una de ellas frecuentada por la comunidad latina, en un momento en el que todavía quedaba gente disfrutando de una noche de fiesta con amigos.
Días después se supo que ninguno de los locales contaba con licencia, sobre Teatre había una orden de cierre y La Fonda Milagros donde fueron encontradas las 13 víctimas mortales, no había llegado a contactar nunca con la administración por lo que "no existía administrativamente".
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Después del incendio el Ayuntamiento de la ciudad realizó inspecciones en el área y cerraron el tercer local afectado por el fuego, que tampoco contaba con licencia.
En el marco de la ronda de estas intervenciones se llevaron a cabo inspecciones sobre 39 locales de ocio nocturno de gran aforo que tenían órdenes de cierre en vigor, y precintaron diez de ellos que las estaban incumpliendo, cuatro de ellos en las Atalayas.
Desde el incendio se suceden las investigaciones policiales para apurar la responsabilidad de los fallecimientos. El pasado viernes, la magistrada encargada del caso decidió levantar el secreto de las actuaciones que se incorporaron por la presunta comisión de trece delitos de homicidio por imprudencia.