En la noche del 25 de mayo, un ataque de la coalición internacional comandada por los Estados Unidos, dejó más de 30 muertos civiles en la localidad Siria de Mayadeen.
Remi Abdel Rahman, jefe del observatorio sirio de derechos humanos, dijo a medios internacionales que “el número de víctimas es de 33. Son familias que buscan refugio en el edificio municipal. Este es el peaje más alto para los familiares de los miembros de IS en Siria”.
SANA, agencia de noticias siria, informó que “35 civiles, en su mayoría mujeres y niños, murieron en los ataques aéreos, y señalaron que las incursiones atacaron el mercado de la ciudad y un edificio de 4 pisos que fue completamente destruido”. Se sabe que la mayoría tenían algún vínculo familiar con miembros de EI.
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En semanas pasadas, las Naciones Unidas instaron a los países de la Coalición para que tuvieran más cuidado en todos sus procesos militares para que no se afectara a la población civil. De acuerdo con AFP, “el jefe de los derechos humanos de la ONU, Zeid Ra'ad Al Hussein, dijo que "todos los estados" cuyas fuerzas aéreas son activas en las misiones anti-IS necesitan "tomar mucho más cuidado para distinguir entre objetivos militares legítimos y civiles".
Desde el verano de 2014, la Coalición ha estado atacando objetivos del autodenominado ‘Estado Islámico’ en Irak y en Siria. Entre los bombardeos hechos por Rusia, Estados Unidos y otros países, a la fecha se han registrado más de 20 mil muertos civiles. Entre ellos miles son niños.
Durante los últimos meses, la ciudad de Mayadeen ha sido sitio de acogida de numerosos desplazados de Siria e Irak. Recientemente, en la misma ciudad se habían llevado a cabo operativos, dejando una cifra de 16 muertos, todos civiles.
Hasta ahora no ha habido una comunicación oficial por parte de los responsables. Sin embargo, en varias de las ocasiones anteriores, el Pentágono ha dicho que las muertes se han causado “involuntariamente”.
