En Inglaterra dicen que es el favorito a llevarse la Premier League. Fue el que mejor se reforzó y con Mourinho a la cabeza, Chelsea no puede darse el lujo de perder puntos de arranque. Por eso, salió con todo ante el benjamín Burnley, que volvió a la primera división esta temporada.
La diferencia de equivalencias no se notó en el comienzo. Los locales tuvieron buen cuarto de hora y lo concretaron con el gol de Arfield, superando al poderoso equipo londinense. Pero el gol en contra levantó del soponcio a Mou y sus dirigidos, que le tiraron el camión encima al débil Burnley. El empate se dio con Diego Costa, en su debut, que cazó un rebote y de zurda, algo inusual para él, puso la igualdad.
Abrebocas para lo que vendría, una auténtica obra de arte. Con Burnley defendiendo con todos sus jugadores, Chelsea adelantó líneas y encontró la precisión de Cesc Fábregas, otro refuerzo, que le entregó un pase delicioso al alemán Andreas Schürrle que como un rayo definió con calidad para colocar a los ‘Blues’ arriba en un abrir y cerrar de ojos.
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Lo mostrado por Burnley en los minutos iniciales no se vio más. Chelsea empezó a ser amo y señor del juego y cuando quiso aumentó la ventaja. El encargado fue el serbio Branislav Ivanovic, que por los aires es el defensor más peligroso de toda la liga inglesa y así puso el tercero. Cabezazo tremendo producto de un tiro de esquina para que Chelsea se fuera ganador 3-1 al vestuario.
Para la segunda mitad y pese al ímpetu de los locales, el equipo de Mourinho decidió dejar que el tiempo pasara conservando la pelota. No creó peligro, aunque tampoco sufrió en el arco de Courtouis. Fue una segunda mitad tediosa que no inquietó la victoria de Chelsea, que en la ley del menor esfuerzo pasó por encima de un Burnley limitado que sufrirá mucho para mantener la categoría mientras que el encopetado rival de hoy deberá dar un poco más para superar a los otros grandes ingleses, que también ganaron.
Posiciones:
