Los obispos de la Iglesia Católica llamaron el viernes a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln) para que abandone las armas y dé muestras de su voluntad de paz.
"Pedimos a esta guerrilla manifestaciones inequívocas de su voluntad de paz: abandonen las armas, súmense al esfuerzo de tantos hermanos que han dejado el camino de violencia y se integran a la lucha por una paz verdadera", dijeron los obispos en un mensaje difundido por la Conferencia Episcopal durante su asamblea anual.
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Asimismo, pidieron al grupo armado que asuma "una seria reflexión sobre sus graves acciones, con las cuales ha herido profundamente al pueblo colombiano y, sobre todo, ha roto el horizonte de confianza y de paz".
La declaración hizo referencia al atentado con coche bomba perpetrado por el Eln el pasado 17 de enero contra la Escuela de Cadetes General Santander en Bogotá, que dejó 22 estudiantes de esa institución muertos y 68 más heridos, por lo que el Gobierno Nacional canceló los diálogos de manera unilateral.
El colectivo ilegal mantenía diálogos públicos de paz desde febrero de 2017 con el entonces gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018), pero los mismos fueron suspendidos el pasado 7 de agosto, cuando Iván Duque asumió la Presidencia y exigió al grupo rebelde que liberara a todos los secuestrados y cesara sus ataques a la infraestructura del país como condición para descongelar las negociaciones.
Tras el atentado contra la Policía, el Gobierno pidió a Cuba la extradición de los diez delegados de paz de esa guerrilla que permanecen en la isla, la cual acogía las negociaciones desde mayo de 2018, pero La Habana insiste en que no los entregará porque respeta los protocolos de ruptura de negociaciones.
Los protocolos señalan, entre otras cosas, que en caso de una ruptura de los diálogos de paz, el Gobierno debe permitir el retorno al país de los delegados del Eln presentes en La Habana, para lo cual las partes contarán con dos semanas para planear dicho regreso, cuyo procedimiento será redactado en conjunto con los países garantes.
Sin embargo, el Gobierno colombiano sostiene que las reglas cambiaron cuando la guerrilla cometió el atentado, el cual es calificado como terrorista por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH).
En su declaración de este viernes, los obispos también exhortaron a las organizaciones armadas "tomar conciencia del rechazo general de la sociedad a la violencia que quieren imponer", por lo que les pidieron que abandonen su accionar delictivo y cesen sus atentados contra los líderes sociales.
