El duelo por la muerte de Édgar Perea, el histórico narrador deportivo, y la denuncia del ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, sobre la manipulación de unas declaraciones suyas en un encuentro gremial en Fedegán, concentraron la atención de los lectores de
KienyKe.com esta mañana.
Otras dos noticias predominantes hasta el mediodía fue el presunto desfalco a unos pensionados del Chocó, cuyas mesadas habrían quedado en un club nocturno donde se hacían concursos de camisetas mojadas; y la reacción del Superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, quien aclaró que la sanción contra los ingenios azucareros nada tiene que ver con una venganza contra el grupo Ardila Lülle, propietaria de medios de comunicación que han sido críticos con el gobierno.
El periodista Orlando Cadavid hace un homenaje al 'Campeón' Édgar Perea recordando que fue la radio el medio de comunicación que construyó la identidad de toda una generación, previa a la televisión y también a la internet. En ese fragoroso momento nació el mito de uno de los narradores deportivos más grandes del país.
El ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, denunció en una entrevista con
Caracol Radio que sus declaraciones filtradas a un medio de comunicación, en las que reconoce diferencias entre el presidente Santos y el gremio ganadero, corresponden a una intervención suya en Fedegán, que además de ser manipuladas, fueron grabadas sin su autorización. "Parece que estuviéramos otra vez en la época de las chuzadas", puntualizó el funcionario.
Unos profesores chocoanos nunca pensaron que sus ahorros terminarían en un club donde se hacían shows de camisetas mojadas. La Fiscalía profirió medida de extinción de dominio contra las discotecas Jennylao, las cuales sirvieron como fachada para ‘legalizar’ este dinero obtenido de las arcas del Estado.
La polémica estalló cuando el uribismo sugirió que la sanción de la Superintendencia de Industria y Comercio contra los ingenios azucareros correspondía a una venganza del gobierno por la actitud crítica de los medios de comunicación del grupo Ardila Lüle contra el gobierno. El asunto fue calificado como una canallada por parte del superintendente Robledo, mientras un analista de medios de comunicación lo definió como una falta de criterio del canal RCN.
