A partir del 1 de enero de 2018 las Fuerzas Militares de Estados Unidos aceptarán reclutas transgénero. La decisión fue declarada como una victoria de los grupos de derechos LGBT. El anuncio se realizó luego de que el Departamento de Justicia estadounidense no apelara la solicitud.
Jenifer Levi, abogada de la comunidad LGBT comentó: "Espero que esto signifique que el gobierno se haya dado cuenta que no existe ninguna justificación para la prohibición y que no es bueno para el ejército ni para nuestro país".
Los abogados de esta colectividad y aspirantes a reclutas mencionaron que pensaban que la administración del presidente Donald Trump iba a apelar el fallo. El presidente Trump había expresado que prohibiría a este sector de la población servir en las Fuerzas Armadas.
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Trump justificó su decisión diciendo que el Ejército no podía afrontar los costos médicos que implica el reclutamiento transgénero. Sin embargo, tras un serie de denuncias se bloqueó la restricción argumentando que violaba la protección equitativa garantizada por la constitución estadounidense. Dos Cortes Federales ratificaron la sentencia y el gobierno no apeló.
Heather Babb, portavoz del Pentagono, expresó en un comunicado: "Como ordenan los tribunales, el Departamento de Defensa está preparado para comenzar a aceptar a solicitantes transgénero para el servicio militar el 1 de enero. Todos los solicitantes deben cumplir con todos los estándares de adhesión."
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Durante el gobierno de Barack Obama sí se permitía que las personas transgénero pertenecieran al ejército. Trump presentó un memorándum en agosto en el que daba plazo hasta marzo de 2018 para que volviera la política de prohibir a transexuales unirse al ejército y despedir a los que ya estaban.
En este documento también estaba la orden de congelar el uso de fondos gubernamentales destinados a costear cirugías de reasignación de sexo para el personal activo.
Esta decisión desencadenó protestas en Estados Unidos y despertó temores entre las casi 15 mil personas transgénero que ya se habían enlistado en las fuerzas. Por otro lado, esta no sería la primera vez que la justicia bloquea las decisiones de la Casa Blanca, como por ejemplo, después de que Trump impusiera varias restricciones para entrar a Estados Unidos, varios jueces federales las desafiaron.
