“El hecho de que la cifra de ambientalistas asesinados sigue aumentando es indicio de que los gobiernos y las corporaciones siguen dándole más prioridad a las ganancias a corto plazo en vez de a las vidas humanas”, aseguró Billy Kyte, activista de Global Witness.
Sin embargo, el reporta aclara que la cifra podría ser mucho mayor, dado que reunir la información es difícil. Además, el asesinato es el crimen más extremo, que normalmente viene después de otros tipos de opresión como amenazas, agresiones, detenciones y demandas punitivas.
Asimismo, señala que hay una “creciente criminalización de los activistas, quienes deben enfrentar cargos penales sin fundamento, orquestados por gobiernos y empresas que intentan silenciarlos”.
Los motivos
Según Kyte, la tendencia de violencia contra ambientalistas en América Latina se debe a varias razones. “La gran riqueza en recursos naturales y biodiversidad, por los altos niveles de corrupción e impunidad, la cantidad de población indígena que históricamente ha sido marginada”. [single-related post_id="717340"] Las víctimas son activistas medioambientales, pobladores que luchan por el derecho a la tierra o guardaparques que combaten la caza furtiva en áreas protegidas en países como el Congo. El informe señaló que el 40% de las víctimas son indígenas. "Y eso podría ser por varias razones: hay una gran población indígena con una historia de marginalización que la hace más vulnerable, un alto nivel de corrupción, que significa que la tierra puede ser vendida sin el consentimiento y, a veces, sin el conocimiento de las comunidades afectadas, y la impunidad", señaló Kyte. [caption id="attachment_719621" align="alignnone" width="1024"] Global Witness[/caption] Además, de acuerdo con Global Witness, la violencia es el reflejo las acciones de empresas mineras, hidroeléctricas, madereras y agrícolas que pasan por encima del medio ambiente en busca de ganancias. La industria más sangrienta es la minería, que cobró la vida de 33 personas.Entre las industrias mineras, petroleras y de madera se encuentran la mayor parte de las muertes ya que, según la ONG, invaden zonas vírgenes y acechan tribus indígenas.De igual manera, proteger los parques naturales de los cazadores furtivos que buscan cazar elefantes también es una actividad peligrosa, como demuestran los nueve asesinatos en la República Democrática del Congo. [single-related post_id="714365"] "A menudo, las y los defensores de la tierra y el medio ambiente chocan con intereses políticos, empresariales y criminales, que se unen para robar sus recursos naturales", dice el reporte. La gran mayoría de la violencia se centra en países donde la "falta de regulación del sector minero y maderero facilita la contaminación del agua, la confiscación de tierras y el desplazamiento de pueblos indígenas". Además, la corrupción y el abuso de autoridad contra los activistas también se han convertido en un factor importante: policías y soldados son sospechosos en al menos 43 asesinatos en 2016.
“El asesinato es el resultado extremo de una táctica que consisten en silenciar a los activistas, incluyendo amenazas de muerte, arrestos, abusos sexuales, secuestros y agresivos ataques legales”, indica Global Witness.
Asesinatos a defensores en Colombia
El informe señala que, tras el proceso de paz, personas desplazadas que regresan a sus comunidades están siendo atacadas por recuperar las tierras que les fueron robadas durante el conflicto, mientras que un aumento en la inversión intensifica la lucha por los recursos naturales.
Se trata del reflejo de una ola de violencia en la que “las empresas mineras, madereras, hidroeléctricas y agrícolas pisotean a las personas y al medio ambiente en su búsqueda de ganancias”.
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Además, Global Witness cita el testimonio de Jakeline Romero, una líder indígena colombiana amenazada por manifestarse contra El Cerrejón, una de las más grandes minas del mundo a cielo abierto, propiedad de las mineras suiza Xstrata, británica Anglo American y australiana BHP Billiton. “Te amenazan para que te calles. No me puedo callar”, dice esta activista.