Bastaron solo dos horas para que el Jaguar, de Martin Lindsay, comenzara a derretirse. La causa: El reflejo del sol ocasionado por un enorme rascacielos de cristal que se está construyendo en el centro financiero de Londres.
La fachada de vidrio del edificio, unida al verano soleado y caluroso que está viviendo Inglaterra, ocasionaron serios daños al carro pues hicieron derretir, en primer lugar, todos los empaques y las partes de caucho. Tal es el calor que produce el reflejo, que canales de televisión han hecho freír huevos en los sitios en donde inciden los rayos provenientes del edificio.
Los constructores del "Walkie Talkie", nombre que le han dado al edificio por su forma, ya son conscientes del problema, dijeron estar buscando soluciones y prometieron indemnizar al propietario del carro.