Este jueves las autoridades de Colombia confirmaron que sí enviaron a Estados Unidos una carta de la Jurisdicción Especial para la Paz (Jep), para solicitar las pruebas sobre los presuntos delitos cometidos por el ex guerrillero y ahora integrante del Partido Farc, Jesús Santrich, pero la misma se extravió en el correo.
La 'W Radio' tuvo acceso a la misiva que prueba que el gobierno colombiano tramitó ante los Estados Unidos la solicitud para que este remitiera al tribunal de la Jep las pruebas que poseen sobre la presunta participación de Santrich en un envió de 10 toneladas de cocaína a ese país.
La carta fue enviada el 10 de diciembre de 2018 por parte del Ministerio de Justicia a Vaughn A. ARY, director de la oficina de asuntos internacionales del departamento de Justicia en los Estados Unidos, en la que solicita que dados los convenios de colaboración entre los dos países se remita a Colombia las pruebas que ellos posean en el caso de Santrich.
El trámite se hizo a través del Servicio de Envíos de Colombia 4-72, pero la entidad, según el seguimiento y las averiguaciones oficiales, perdió la misiva en Panamá.
La ministra de Justicia Gloria María Borrero, se comunicó anoche con la magistrada Patricia Linares, presidenta de la Jep, a quién notificó sobre este hecho y sostuvo que sería puesto en conocimiento de la sala de Revisión del tribunal de paz para analizar las implicaciones de estos hechos.
El pasado lunes 28 de enero venció el plazo para que Estados Unidos enviara las pruebas contra Santrich sobre los presuntos delitos de narcotráfico, con los cuales la Jep, tenía que decidir la suerte del exguerrillero de las Farc.
Al no recibir las pruebas, la Jep informó que "en consecuencia, la Sección de Revisión procederá a correr traslado para alegatos, por el término de cinco días hábiles, a las partes de esta actuación (Procuraduría, el solicitante y su defensor)".
Santrich está detenido desde abril y actualmente permanece en la cárcel de La Picota, e insiste en que es inocente: "nunca he tenido involucramiento en negocios legales ni ilegales, y mucho menos de narcotráfico. Jamás he intentado o pensado siquiera mover un gramo de cocaína para ningún lado. No soy un traqueto, soy un revolucionario y un gestor de paz", dijo en una audiencia ante el Consejo de Estado.
