La atroz masacre de 141 personas, la mayoría niños de 7 a 17 años de edad en el noroeste de Pakistán, es ya considerada como la peor acción de terror contra civiles que ha cometido el movimiento Talibán en siete años de intensa actividad en esa nación asiática.
Pero su accionar insurgente, en Pakistán y Afganistán, ha dejado historias de horror y desolación en varias provincias devastadas por su interés de arrebatar el control político y social a los gobiernos en ejercicio.
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El ataque descargó la irá de los extremistas sobre menores de edad, en presunta venganza por las ofensivas que el ejército paquistaní les ha propinado a sus milicias. El asalto a ese colegio fue a sangre y fuego. Los talibanes llegaron vestidos de camuflado, abrieron fuego indiscriminado y lanzaron granadas por doquier. Algunos terroristas se inmolaron dentro de las aulas. Hubo 125 heridos, 121 fueron niños y la mayoría están en estado grave.
El primer ministro de esa república islámica, Nawaz Sharif, reconoció el ataque como una “tragedia nacional” y decretó tres días de luto.
Se estima que más de un centenar de víctimas serían menores de edad.
La reivindicación de la masacre la hizo el Movimiento de los Talibanes en Pakistán TTP, una organización que agrupa a varias facciones yihadistas que castigan al norte de esa nación desde 2007. Son la representación paquistaní del movimiento que lleva décadas de lucha en su vecino Afganistán, pero cuyo poder quedó diezmado luego de la incursión de los Estados Unidos en 2001.
Los movimientos Talibán siguen una doctrina extremista en la que manifiestan tener que restaurar la nación islámica, sus leyes y visiones del mundo, como únicas e incuestionables.
Para conseguirlo, en las regiones donde influyen, recurren a castigos como latigazos, lapidaciones, mutilaciones y ejecuciones en plazas públicas, como método para reprender a quienes infringen su Sharia.
En Pakistán, el año pasado hubo unos 1.040 ataques perpetrados por talibanes que dejaron a más de 2.500 personas muertas. En Afganistán los atentados, la mayoría suicidas, buscan golpear blancos del ejército estadounidense.
Sin embargo, ninguna de sus acciones había llegado a los niveles de crueldad como los registrados hoy, en especial porque sus víctimas solo eran niños. Kienyke.com recuerda algunas de las peores arremetidas del Talibán en Afganistán y Pakistán, que han cobrado vidas civiles y demuestran la agresividad con la que golpean a cambio de reivindicar sus doctrinas.
Julio de 2014. Hace apenas cinco meses, 89 civiles murieron y 42 resultaron heridos en un ataque suicida que consistió en un carro bomba activado en un mercado de la provincia afgana de Paktika. El atentado se produjo al medio día, una hora bastante concurrida en el mercado, y fue reivindicado por milicias del Talibán que trataban de castigar a minorías chií que congraciaban con el gobierno de turno en la región. Los gobernantes en Kabul, la capital afgana, consideraron esta atrocidad como uno de los peores ataques que se había registrado en la última década.
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Septiembre de 2013: Los ataques del Talibán muchas veces no registran una gran cantidad de víctimas, aunque una sola es capaz de indignar al mundo. Una escritora de origen indio, Sushmita Banerjee, que justo había huido de la violencia de género en su país, fue asesinada en Afganistán tras ser acusada por dirigentes talibanes de tratar de convencer con sus ideas liberales a los pobladores de Paktika, una provincia ubicada en la frontera con Pakistán.
A Sushmita, quien llevaba varios años resguardándose en esta región, la sorprendieron militantes islamistas en su casa. Ataron a su esposo y se la llevaron a una escuela religiosa. En el patio del recinto fue baleada al menos 20 veces.
La mujer india había escrito un libro llamado A kabuliwala’s Bengali Wife, en el que narraba historias de amor y pasión, además de su vida en Afganistán y el acoso sufrido por el Talibán. Organizaciones humanitarias condenaron su muerte.
Enero de 2013. El comienzo del año pasado para Pakistán fue oscuro. Una oleada de atentado terroristas, registrados a mediados de enero de 2013 dejaron 130 muertos civiles en dos ciudades del norte del país: Quetta y Mingora.
Las víctimas fueron grupos religiosos de distintas doctrinas que no son muy afines al Talibán. Uno de los bombazos fue en un billar ubicado en el sótano de un edificio residencial. Esa provincia, en 2012, había sido objeto de varios ataques que dejaron 631 muertos.
Noviembre 2012. Una serie de ataques suicidas dejaron 35 víctimas –fuera de los kamikaze-, la mayoría civiles luego de que un templo chií fuese blanco del Talibán. La acción se perpetró en la noche, en un momento en el que había fieles orando. La acción se registró en la ciudad paquistaní de Rawalpindi.
Octubre de 2012: El mismo brazo Talibán responsabilizado hoy del ataque en la escuela de Peshawar, fue el autor de una noticia que horrorizó al mundo, pero que al tiempo visibilizó a una heroína. El 9 de octubre, una joven de 14 años llamada Malala Yousafzai, recibió un disparo en la cabeza cuando regresaba en autobús de la escuela, en la norteña ciudad de Mingora.
El motivo del atentado contra la niña fue que ella se había convertido en una defensora del derecho a la educación de las mujeres, algo vetado por la doctrina Talibán.
La menor víctima sobrevivió y se convirtió en un símbolo global, al punto de ganar el premio Nobel de Paz.
Entre otras prohibiciones para las mujeres, el Talibán les impide a ellas trabajar fuera de sus hogares, no pueden estudiar en ninguna escuela, se les prohíbe usar cosméticos pues corren el riesgo de ser amputadas las partes del cuerpo que se maquillen (si se pintan las uñas, les quitan los dedos), se les prohíbe practicar deportes y no pueden viajar en un mismo transporte con los demás hombres.
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Agosto de 2012. Treinta muertos dejó una noche de terror en Afganistán, luego de que una milicia Talibán decapitara a un grupo de civiles, hombres y mujeres, que celebraban una fiesta en la provincia de Helmand. Las motivaciones de este crimen fueron completamente religiosas y culturales.
Oleada terrorista en 2007. Justo cuando el Talibán iniciaba sus incursiones en Pakistán y trataba de recuperar influencia en Afganistán, se registró un año de andanadas terroristas en los dos países que dejaron al menos 3 mil muertos. Los atentados conseguían matar a 40 personas en cada incursión, y los ejércitos paquistaníes se esforzaban por detener el avance extremista convirtiendo provincias norteñas en campos de guerra. Se considera este año como uno de los más sangrientos en la historia reciente de las dos naciones asiáticas. Desde entonces ha habido intentos infructuosos para negociar con las facciones talibanes y encontrar su cese de hostilidades y actividades terroristas.
El aterrador azote Talibán: una historia que desangra a dos países
Mar, 16/12/2014 - 09:18
La atroz masacre de 141 personas, la mayoría niños de 7 a 17 años de edad en el noroeste de Pakistán, es ya considerada como la peor acción de terror contra civiles que ha cometido el movimiento