En las elecciones los candidatos no solo le apuestan a la posibilidad de llegar a la Casa de Nariño. Una contienda electoral es desgastante, llena de jornadas largas, con sacrificios, y sobre todo costosa. Los candidatos pueden gastar, por estipulación del Consejo Nacional Electoral (CNE), un poco más de 24.000 millones de pesos en primera vuelta y 11.000 en la segunda vuelta.
Por este motivo, y con el fin de aliviar un poco esta gran carga, por ley el Estado debe financiar estas cargas a través del mecanismo de la reposición de votos. Quiere decir que por cada sufragio, la campaña presidencial recibe una cantidad de dinero determinada con anterioridad.
Para primera vuelta el monto es de $5.625 por voto. Sin embargo, si el candidato pide un anticipo, que le es permitido por la reglamentación electoral, el valor se reduce a $2.760 en primera vuelta y $1.378 en segunda por voto.
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Así las cosas, Iván Duque, la máxima votación de este domingo con 10'368.020 votos, podrá recibir por concepto de reposición la nada despreciable suma de $14.287'131.560. Claro está que todo ese dinero no entra libre, ya que deberá pagar las obligaciones financieras a las que la campaña tuvo que recurrir para cubrir gastos de publicidad, viajes y diferentes eventos.
Por su parte, Gustavo Petro recibirá por los 8'030.745 que alcanzó el domingo un total de $11.066'366.610.
En primera vuelta Iván Duque fue la máxima votación con 7.569.693 votos, recibiendo por concepto de reposición de votos la nada despreciable suma de $42.579’523.125. Esta cifra superó en más de 18.000 millones de pesos el tope de financiación.
Por su parte, Gustavo Petro recibió por los 4.851.254 votos que alcanzó el 27 de mayo un total de $27.288’303.750, superando en tres mil millones el tope de financiación.
