El proyecto de ley de reforma tributaria propuesto por el gobierno de Gustavo Petro está por estos días debatiéndose, con mensaje de urgencia, en el Congreso de la República. La pugna del Ejecutivo para ganar legitimidad al respecto no ha sido menor y varios miembros del gabinete de Petro han hecho declaraciones al respecto. Sin embargo, el presidente sorprendió esta semana al recurrir, indirectamente, a la máxima figura del catolicismo para hacer más popular la ya polémica propuesta fiscal.
En su cuenta de Twitter, el primer mandatario replicó una noticia del medio internacional ‘Tiempo Argentino’, en donde se titula con unas palabras del Papa Francisco sobre la importancia de que los empresarios del mundo paguen debidamente sus impuestos.
Las palabras de Francisco iban específicamente dirigidas a representantes de la asociación industrial italiana Confindustria.
“Los impuestos son también una forma de compartir la riqueza, para que se vuelva bienes comunes, como escuelas, salud, derechos, ciencia, cultura y patrimonio”, expuso el sumo pontífice, quien agregó que “los impuestos no deben ser considerados como usurpación.; son una alta forma de compartir bienes, son el corazón del pacto social”.
Incluso, Francisco instó a los empresarios a ajustar los salarios de los trabajadores, para que estén cada vez menos alejados de lo que devengan los directivos en las compañías:
“Hay emprendedores mercenarios en el mercado y empresarios semejantes al buen pastor, que sufren los mismos sufrimientos de sus trabajadores, que no huyen frente a los muchos lobos que rondan. La gente sabe reconocer buenos empresarios”.
Gobierno de Petro se la juega por la reforma tributaria
La reforma dirigida y radicada por José Antonio Ocampo, ministro de Hacienda, busca estructurar un recaudo no inferior a los 25 billones de pesos, monto que sería invertido, según varios congresistas de la bancada de gobierno, en el pago de la deuda externa, infraestructura agraria, educación, salud, construcción de vías terciarias, compra de tierras y proyectos de agua potable.
Tanto Petro como sus ministros han sido enfáticos en que el Gobierno no está dispuesto a reducir las expectativas tributarias consignadas en el proyecto de ley. Incluso, han solicitado a varios sectores políticos que ayuden a identificar qué otros bienes pueden ser gravados para fortalecer la política fiscal contemplada por la actual administración.
Los impuestos saludables -por ejemplo, a las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados- han sido unos de los más criticados, así como los impuestos a hidrocarburos y plásticos de un solo uso. Las críticas a tales gravámenes han provocado el rechazo de una parte de la ciudadanía que considera que la carga fiscal es demasiado alta.
Queriendo legitimar popularmente la reforma tributaria impulsada por el Gobierno, Alfonso Prada, ministro del Interior, pidió a la población hace algunas semanas respaldar en las calles la propuesta fiscal.
“Listos, incluso la movilización popular para decirle al Congreso que necesitamos plata para salir de esta. El que entendió, entendió. Necesitamos apoyo popular, necesitamos el apoyo del pueblo colombiano para poder hacer lo que queremos hacer, y lo que queremos hacer es tomar decisión con ustedes”, fueron las palabras del ministro desde el Cauca.
Las críticas no se hicieron esperar y hubo quienes dijeron que llamados como el de Prada podrían llevar a Colombia a convertirse en un “Estado de opinión”.
