Este miércoles la Comisión Quinta del Senado de la República hundió el proyecto de ley que pretendía prohibir la utilización de glifosato para la aspersión de cultivos uso ilícitos en Colombia. Con nueve votos a favor del archivo y tres en contra, la iniciativa de impulsada por el Partido Verde vuelve a quedarse en primer debate.
De acuerdo con el texto del proyecto, se buscaba la prohibición del uso del glifosato o cualquiera de sus derivados en la implementación de la Política Nacional de
Drogas. Establecía que se priorizaría el cumplimiento de lo dispuesto en el Punto 4 del Acuerdo de Paz y las estrategias de erradicación y sustitución voluntarias de cultivos de uso ilícito, que contarían con medidas de acceso a tierras y activos productivos con el objetivo de garantizar el desarrollo territorial del país.
Asimismo señalaba que la Agencia de Renovación del Territorio (ART) mediante articulación institucional con la Agencia Nacional de Tierras (ANT) y la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) garantizarían que las estrategias de erradicación y sustitución voluntarias, incorporaran proyectos productivos agrícolas, pecuarios, acuícolas, pesqueros o forestales o de reconversión de los usos del suelo con el fin de atender el acceso integral a tierras para las mujeres rurales.
Las mayorías de la Comisión Quinta se opusieron por segunda vez a esta iniciativa, comenzando por el senador Carlos Felipe Mejía, del Centro Democrático, quien sugirió que los interesados en prohibir el glifosato son cómplices del narcotráfico y que el exministro de Salud y actual precandidato presidencial, Alejandro Gaviria, es en buena parte responsable de que el país esté "nadando en coca", pues fue quien detuvo el uso de esta herramienta para la erradicación de cultivos.
Por su parte, el senador Alejandro Corrales, también del Centro Democrático, fue ponente de la proposición que archivó el proyecto, argumentó que de cuatro estudios que ha usado la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo uno estableció que el glifosato es cancerígeno.
Además, dijo que no se asperja sobre las personas, sino sobre los cultivos, y que en caso de que cayera sobre una persona la solución es el lavado con agua, puesto que hay una mínima posibilidad de absorción.
Al final de su intervención, Corrales aseguró que la sustitución voluntaria está siendo usada como una herramienta perversa, pues según él, los narcotraficantes están convenciendo a los campesinos de cultivar coca bajo el argumento de que luego pueden recibir auxilios del Gobierno.
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Por parte de la oposición, el senador Jorge Eduardo Londoño defendió la iniciativa argumentando, entre otras cosas, que el uso de glifosato como medida antidrogas resulta más costosa que la sustitución voluntaria. Según explicó, se requieren cerca de $72 millones por hectárea asperjada, mientras que se necesitan $40 millones por familia que decide acogerse a la sustitución voluntaria.
También expresó que tras décadas de fumigaciones con glifosato queda claro que esa estrategia no elimina el problema; lo que hace es regular el mercado y corregir la sobreoferta. "Se fumiga para aumentar y proteger la rentabilidad del negocio de los grandes narcotraficantes", dijo Londoño.
"Una vez más las mayorías de la coalición de Gobierno en la Comisión V hundieron el proyecto 'Prohíban El Glifosato'. Los campesinos, el eslabón más débil de la cadena es la que más sufre las graves afectaciones del glifosato. Insistiremos en su prohibición las veces que sean necesarias", expresó el senador del Partido Verde, Antonio Sanguino, tras el hundimiento del proyecto.
