El pasado viernes sucedió un hecho político que marca un hito en la historia política colombiana: el regreso del Nuevo Liberalismo al país. Una bandera que cargó el caudillo Luis Carlos Galán en el siglo pasado y que, hasta su asesinato en 1989, representaba para la sociedad colombiana un nuevo aire para la dirigencia del país. Lejos de la corrupción, el narcotráfico y de las líneas tradicionales de la política.
En entrevista con Kienyke.com, el exsenador Juan Manuel Galán confirmó cuál será el futuro de este movimiento político con el que su padre y su socio ideológico, Rodrigo Lara Bonilla, hicieron oposición a los gobiernos entre 1979 y 1987 y gracias al cual Luis Carlos Galán estuvo demasiado cerca de lograr ocupar la presidencia de la República (ya como liberal, nuevamente).
El diálogo completo
Pregunta: Juan Manuel, ¿qué implicaciones tiene el sí para el nuevo liberalismo en el panorama político actual?
Respuesta: Es una enorme responsabilidad, porque esta historia comenzó hace 40 años y tuvo una época muy dolorosa, muy difícil, donde su militancia y sus dirigentes fueron sistemáticamente asesinados. Más de 50.
La violencia, las estructuras criminales ligadas al narcotráfico, al paramilitarismo; también desde los organismos de seguridad del Estado y políticos, al servicio de esos intereses ilícitos, pues participaron en el exterminio del Nuevo Liberalismo y del asesinato de mi papá hace poco más de 32 años.
Entonces hay un sentido de la responsabilidad enorme que tenemos. Esperamos que en este nuevo capítulo del Nuevo Liberalismo se abra un espacio de participación para toda esa generación de colombianos que no tienen representación política. Para la Colombia de los territorios, de las regiones, de las mujeres, de los jóvenes, de los campesinos, los indígenas, la población LGBT, con una identidad liberal.
Nosotros creemos en las ideas liberales, creemos en los principios y las causas históricas de justicia social que el liberalismo ha defendido. No solo es una implicación para nosotros de recuperar, como un acto de reparación con este movimiento político, sino la posibilidad de reaparecer en la escena democrática y de dar una interpretación distinta de la política.
P: ¿Se busca reivindicar de alguna manera a personajes políticos históricos como su padre o Rodrigo Lara Bonilla? ¿Recogerán sus banderas?
R: Las banderas, las ideas, el ejemplo de vida y su sacrificio están inscritos y adheridos en el ADN del Nuevo Liberalismo. Son los principios derroteros, la brújula moral y ética que nosotros tenemos, pero el mensaje hay que adaptarlo a las nuevas condiciones del siglo XXI.
Eso, en relación a toda esa aspiración de Colombia para abrir espacios de oportunidades de generación de empleo y de riqueza a corto plazo, de la inclusión territorial y regional; internacionalización de la vida de los colombianos, sobre todo pensando en el ámbito latinoamericano y de integración latinoamericana como una de las grandes banderas del Nuevo Liberalismo.
Pero también la lucha frontal contra el clientelismo. La política se degradó en nuestro país hasta el punto de ser un botín mafioso y criminal que se disputan individuos que, escudados en estructuras políticas, en fachadas de partidos políticos, se apoderan de la contratación, de los cargos públicos y de las entidades, negándole a los colombianos oportunidades de progreso y política social que necesitamos.
P: ¿Cuánto tiempo llevaban pidiendo el sí y por qué antes no se había logrado?
Llevamos alrededor de cinco años desde que este proceso comenzó en el Consejo Nacional Electoral, luego tuvo su etapa ante el Consejo de Estado y terminó en tutela ante la Corte Constitucional por el resultado que acabamos de conocer.
Antes, nosotros empezamos a militar en partidos que creíamos podían tener una transformación de su interior y que podíamos tener garantías para un resurgir dentro de esos partidos de una corriente relacionada con los principios del Nuevo Liberalismo.
Perseveramos durante muchos años en eso, dando la lucha por dentro. Pero cuando esos partidos se negaron a la renovación, emprendimos el camino de recuperar la personería jurídica del Nuevo Liberalismo para abrir ese nuevo espacio de rectificación para muchos colombianos que no han podido tener esa voz y oportunidad de representatividad política.
R: Ya con la personería jurídica del partido, ¿cuál es el camino que queda de acá en adelante para el futuro del partido?
Una gigantesca responsabilidad, en relación a que el Nuevo Liberalismo se mantenga siempre leal y fiel a sus principios fundadores, al ejemplo de vida y sacrificio de sus héroes asesinados y para eso vamos a actuar con mucha seriedad, con mucho rigor, con un mensaje de apertura y de inclusión ante todos los colombianos.
En el Nuevo Liberalismo se puede pensar diferente y eso no es pecado, ni motivo para agresiones o descalificaciones. La diversidad es una gran riqueza.
Vamos a tener mucho cuidado también con el otorgamiento de avales. Tenemos claro que el Nuevo Liberalismo no va a ser un expendedor de avales a politiqueros reciclados. Aquí se trata de que quienes estén en este espacio compartamos la idea de transformar las construcciones políticas, de curar la política de los vicios del clientelismo y la corrupción, y adelantar las reformas que el país necesita para levantar esos bloqueos estructurales.
P: Para el 2022, ¿cuáles son las metas?
R: Vamos a entregar toda la documentación de rigor al Consejo Nacional Electoral para que se cumpla la sentencia de la Corte Constitucional y se expida la personería jurídica del Nuevo Liberalismo.
El partido va a convocar a sus militancias en deliberación democrática entre sus afiliados y militantes, para que tomen decisiones sobre hacia a donde quieren avanzar y cómo enfrentar las elecciones del año entrante para el congreso y la presidencial. Estaremos participando, por supuesto, de una manera muy activa en todo este proceso.
