
La reciente disputa entre el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y el presidente Gustavo Petro, ha captado la atención de la ciudadanía, especialmente de los más de cuatro millones de pasajeros que a diario utilizan el sistema de transporte TransMilenio.
La discusión gira en torno a la financiación del sistema de transporte público de la ciudad, un tema delicado que involucra tanto a la administración local como al Gobierno Nacional.
La declaración de Galán sobre la subida de tarifas
Carlos Fernando Galán, quien asumió el cargo de alcalde de Bogotá a finales de 2023, sorprendió al anunciar que será necesario aumentar las tarifas del pasaje de TransMilenio para el año 2025.
En sus declaraciones, Galán explicó que el alza en los precios se debe a la falta de los 825.000 millones de pesos que, según él, estaban contemplados en el presupuesto del 2024. “Nos toca subir la tarifa. Este año no nos dieron esos $825.000 millones que en el presupuesto 2024 nos iban a dar”, afirmó el alcalde.
La expectativa inicial, gestionada por la administración distrital anterior, era que el Gobierno Nacional proporcionaría esta suma para cubrir parte de los costos operativos de TransMilenio, pero finalmente, no se materializó el giro. Esto deja al Distrito en una situación complicada, ya que el sistema de transporte se enfrenta a un déficit de recursos para su operación y mantenimiento, lo que obligaría a un ajuste en las tarifas.
La respuesta del Gobierno Nacional
Ante las afirmaciones de Galán, la ministra de Transporte, María Constanza García, salió al paso y defendió la postura del Gobierno Nacional. La ministra aclaró que los giros a los gobiernos locales habían sido excepcionales en años anteriores y no constituyen una obligación del Ejecutivo. “Han sido solo dos oportunidades donde el Gobierno Nacional, por circunstancias particulares, ha hecho giros a los gobiernos locales. Si Bogotá metió en sus presupuestos una partida de $800.000 millones, lo hicieron de forma unilateral”, señaló.
Además, la ministra afirmó rotundamente en su cuenta de X (anteriormente Twitter) que “el Gobierno Nacional no tiene ningún compromiso de girar recursos para la operación de TransMilenio en Bogotá, ni en ningún otro sistema del país”.
También explicó que, según la ley vigente, los recursos aportados por la Nación no pueden destinarse a la operación ni al mantenimiento de los sistemas de transporte público, ya que esa responsabilidad recae en las entidades territoriales.
El desencuentro entre Galán y Petro
El alcalde Galán, por su parte, no se quedó callado y replicó a las declaraciones de la ministra y el presidente. Aclaró que no había dicho que existiera un compromiso explícito del Gobierno Nacional para entregar los recursos en este año, pero sí destacó que la administración anterior tenía expectativas basadas en los giros recibidos por Bogotá en los años 2022 y 2023.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro también se pronunció sobre el tema, sugiriendo que la entrega de los 825.000 millones de pesos podría ser posible solo si se acordaba un cambio en la propiedad de las empresas de buses que operan el sistema de TransMilenio.
"Solo giraría 825.000 millones del pueblo colombiano a la operación de Transmilenio si se cambian estos dineros por propiedad de las empresas de buses en el monto respectivo. Lo demás es un regalo a supermillonarios", escribió Petro en 'X'.
Esta propuesta generó aún más controversia, ya que el debate sobre la privatización o nacionalización del sistema de transporte público en Bogotá sigue siendo un tema sensible.
Con el aumento de la tarifa como una opción para hacer frente a la crisis de financiación, la administración distrital busca alternativas para minimizar el impacto en los usuarios. Galán mencionó la posibilidad de ofrecer paquetes mensuales con descuentos, de modo que los ciudadanos puedan hacer un gasto más accesible sin que la tarifa aumente de manera desmedida.
En este contexto, la decisión de subir el precio del pasaje de TransMilenio se ve como un mal necesario, aunque se busca que no sea una carga excesiva para los usuarios del sistema.
Es importante señalar que, aunque este año no se subieron los precios de los pasajes, se unificó la tarifa, reduciendo la evasión y dejando el costo del pasaje en 2.950 pesos tanto para los buses zonales (azules) como para los troncales (rojos).
La discusión entre Galán y Petro sobre el futuro de TransMilenio y el aumento de las tarifas refleja las tensiones entre el gobierno local y el nacional, en un tema que afecta directamente a la calidad de vida de los bogotanos. Mientras la administración distrital busca soluciones para financiar el sistema, el Gobierno Nacional se mantiene firme en que no tiene responsabilidad en la operación del transporte público. Este enfrentamiento, aún en curso, deja claro que el futuro de TransMilenio dependerá de la capacidad de las autoridades para encontrar un equilibrio entre las necesidades del sistema y las realidades financieras de la ciudad.