La ira del concejal que vetó a Shakira

Mié, 05/02/2014 - 14:39
El Concejal de la familia no dice groserías, no siente rabia y también asegura que se casó virgen, como se lo ha enseñado a sus hijos. Considera inapropiada la entrega de condones en colegios de b
El Concejal de la familia no dice groserías, no siente rabia y también asegura que se casó virgen, como se lo ha enseñado a sus hijos. Considera inapropiada la entrega de condones en colegios de bajos recursos con altos índices de embarazos infantiles y piensa que la masturbación es mala pues la sexualidad es un regalo maravilloso de Dios para disfrutar con la pareja dentro del matrimonio entre un hombre y una mujer. Marco Fidel Ramírez es atemporal. En el patio del Concejo de Bogotá la gente se le acerca y él saluda sonriendo como un rockstar. Abrazo para los hombres y beso en el cachete a las mujeres. A todas las tutea. No deja de moverse. Se va, se detiene y se devuelve. Vuelve a irse, da una vuelta y regresa. Rebota por los escalones de la sala de sesiones como si tuviera resortes en los pies, y en su curul tiene –cubriendo la pantalla del computador– una leyenda bíblica plastificada que cambia todas las semanas. Es la única silla que tiene cualquier tipo de decoración. En este preciso momento el Concejal de la familia es el concejal colombiano más popular del mundo. El Daily News, Telemundo y CNN mencionaron su cruzada por vetar el último vídeo de Shakira con la cantante Rihanna, Can’t Remember to Forget You, el cual acusa de ser una apología al lesbianismo, el tabaquismo, el asesinato, el robo y la inmoralidad. Redactó una carta que envió a la cantante colombiana y piensa hacer lo mismo con Rihanna. ¿Qué le hace pensar que Shakira le va a prestar atención? De pronto no me preste atención, y eso no me va a frustrar. Lo que creo es que el debate generador de opinión pública ya es una realidad. ¿No se ha planteado que prestándole tanta atención al vídeo solo le va a generar más tráfico, o sea, que solo la está beneficiando? Seguramente, pero cuando uno está hablando de estos temas o tomando determinaciones de denuncia pública, pues no puede evitar que eso ocurra. Solamente quiero llamar la atención sobre los mensajes que se están emitiendo a través de los medios masivos de comunicación. En este tema uno no calcula. Ojalá que Shakira reflexione frente al tema, solo he cumplido con mi deber. ¿Se ha imaginado a Shakira en su super mansión europea, metida en una tina llena de espuma y con una copa de champaña en la mano, brindando por usted? Seguramente, pero eso no me impide seguir cumpliendo con mi deber. Soy consciente de que a Shakira no le debe interesar para nada mis comentarios. Creo que el debate ya está abierto. ¿Por qué atacar el vídeo de Shakira en este momento cuando hace ya varios años que casi toda la industria del pop se ha convertido en una apología a las trabajadoras sexuales? Habiendo tantos vídeos explícitos entre hombres y mujeres, ¿por qué atacar este, ahora? El lanzamiento del vídeo de Shakira rebosó la copa. Que una cantante tan querida por todos nosotros que es embajadora de Colombia en el mundo haya tenido que acudir a un vídeo explícitamente inmoral por vender más discos, promover su música y hacerse más popular. Su mensaje no le conviene a los niños y a los jóvenes. Shakira debe ser un referente que construya mejores niños y jóvenes. Su vídeo es un atentado contra la integridad moral de los niños y los jóvenes en todo el mundo. ¿No habrá algo inconsciente en esa manera de sulfurarse y ensañarse con un tema como lo ha hecho con el vídeo de Shakira, no se está desahogando? Yo por temperamento soy colérico sanguíneo. Y todo el tiempo debo recordarme que debo hacer un esfuerzo por conservar la mesura, el equilibrio y la tranquilidad. No siempre lo logro. Uno va aprendiendo a tener bajo control su carácter y bajo riendas su temperamento. Ahí vamos, no somos perfectos. Marco Fidel Ramirez, Concejal, Kienyke Estoico, y luego de dar siete vueltas incoherentes moviéndose con la velocidad que lo haría si estuviera pisando arena caliente, se para frente a las cámaras de un noticiero nacional y comienza a responder preguntas subiendo el tono hasta convertirse en un sermón rabioso y desesperado. El vozarrón y la actitud parecen no concordar con su corta estatura, es napoleónico. Está metido en el rol del redentor, y se trata de uno furibundo, exagerado, dramático y estrambótico. Cuando apaguen las cámaras se le acercará otro Concejal que desfila por el recinto con el pecho inflado como lo hacen los gallos. —¡Lo he visto mojando mucha prensa a costa de Shakira! Yo quisiera ver a más mujeres así, con esa figura que muestra Shakira. A mí sí me encanta eso —le dice el gallito riéndose duro como lo hacen los machos alfa. Y el concejal de la familia lo abraza riéndose. Durante el tiempo que pasa dentro del concejo, Marco Fidel se pone una chaqueta que dice, en letras grandes amarillas, CONCEJAL DE LA FAMILIA. Nadie más lleva puesta una chaqueta parecida. A la salida vuelve a ponerse el blazer. Cuando el conductor arranca, el concejal le pregunta si las dos unidades nos están siguiendo, pero cuando le pregunte si tiene miedo porque ha vuelto a recibir amenazas de muerte, dirá que él no teme. No le produce miedo que le hayan dicho: “Cállese o si no lo vamos a poner a respirar algodón”. Y entonces yo recordaré que estoy ante la presencia de uno de los embajadores del Señor en la Tierra. Marco Fidel Ramirez, Concejal, Kienyke Concejal, usted comenzó su campaña con un discurso muy claro y definido, así se ha dado a conocer, y ahora me pregunto si no estará montado en un tren sin frenos, y exagera estas teorías que quizá ni usted mismo crea con tanta convicción. ¿No se ha convertido ya en un rol en el que usted se montó, no exagera un poco? Yo creo en lo que digo, —Responde muy serio. Ya no me mira a los ojos y ha dejado de tutearme. El Concejal que responde a los insultos por Twitter con la decencia que se espera de alguien de su posición, y que se muestra frente a las cámaras como si todo estuviera bien, está atravesando una de esas crisis de la vida que llenan de dolor y de rabia. La esposa de Marco Fidel Ramírez tiene cáncer en un seno y acaba de hacerse una mastectomía. Está padeciendo los efectos de la quimioterapia y ya se tuvo que cortar el pelo de la cabeza. Y sin embargo, el concejal asegura que siente dolor, pero no siente rabia. —Dios da la vida y él tiene derecho a tomarla, —dice el Concejal. —¿Quién soy yo para cuestionarlo? Cuando uno aprende a conocer a Dios, uno aprende que en la vida cristiana todo tiene un propósito, y es un propósito maravilloso, especial y extraordinario. Dios está en control. Como ser humano yo no quiero ver sufrir a los míos, no quiero ver enferma a mi esposa, no quiero perder a un hijo. Pero si el Señor permite eso, lo hace con un propósito. ¿Entonces siente dolor pero no tiene rabia? El dolor es una condición natural del ser humano, pero la rabia es un tema de decisión personal. Yo no puedo controlar el dolor, no tengo el control absoluto de la calidad de vida de mis seres queridos, no ordeno sobre su salud o sobre su enfermedad. Yo puedo creer que Dios está en el control, o puedo enfurecerme con Dios. Uno tiene que asumir las cosas con madurez. Madurez es saber enfrentar la realidad sin soltar el ideal. Y este hombre de Dios, que asegura poder controlar su rabia hasta ya no sentirla, no agradece a Dios cuando le sirven el almuerzo. Y a mí me llama mucho la atención que no lo haga, pues he visto a mi mamá hacerlo al desayuno, el almuerzo y la comida, así esté comiendo con la Reina Isabel, o un perro caliente en una esquina puerca de Bogotá. También lo he visto en las películas. Luego, cuando necesite que lo atiendan, pondrá las manos en el aire, por encima de la cabeza, y aplaudirá tres veces llamando al mesero. Marco Fidel Ramirez, Kienyke, Concejal Concejal, ¿conoce usted el caso de algún niño que luego de festejar Halloween se haya vuelto satánico? No específicamente. Me voy a inventar un caso: Halloween. Un niño de siete años, que vive en un conjunto cerrado de 30 casas donde todos se conocen, se viste de payaso y sale a pedir dulces dentro del conjunto de la mano de su mamá. El niño no conoce Halloween, sino la Fiesta de los niños. En ese caso, que el niño no corre peligro de ser envenenado, no se vistió de diablo y está con la mamá, ¿cómo destruye espiritual y emocionalmente el Halloween a este niño? Simplemente porque lo predispone con simpatía a una fiesta que independientemente de que él comprenda totalmente o no, evidentemente tiene unas motivaciones, connotaciones y unos orígenes que realmente, en términos espirituales, terminarán perjudicando a los niños porque cuando crezcan van a tener la predisposición natural a la brujería, la hechicería, el satanismo, el ocultismo, el horóscopo… —¿Cómo pasamos del niño de siete años, vestido de payaso, al joven de 17 años que se vuelve satánico? No estoy hablando de traje de payaso, es que ni siquiera el tema es de trajes, el tema es de ambiente general en armonía con una fiesta que se presenta como Fiesta de los niños, pero que en realidad es una importación burda de una fiesta que tiene motivaciones espirituales de carácter ocultista, diabólico y satánico, absolutamente inconveniente para los niños. La última vez que Marco Fidel Ramírez fue a la universidad, cuando tenía alrededor de 27 años, entraba y salía del campus y las aulas con la tranquilidad de cualquier estudiante. Hoy, que ha comenzado a estudiar derecho en la Universidad La Gran Colombia, se pasea por la ciudad en una camioneta blindada y es seguido por dos oficiales de la policía en motos. Sale de clase y a pesar de que camina hacia la carrera Séptima por un corredor oscuro, puedo advertir que viene contento. Es su primer día de clase y se ha divertido. Cuenta que la noche anterior, durante la inducción, intentó esconderse al fondo del salón en un rincón evitando así llamar la atención. El profesor entró, los saludó a todos y luego agregó: “Y buenas noches, ¡honorable Concejal!” —Quise meterme en la maleta, me sentí realmente boleteado, —Cuenta el Concejal. Marco Fidel Ramirez, Concejal, Kienyke ¿Usted prefiere que los niños se queden dentro del sistema del Bienestar Familiar a que sean adoptados por parejas del mismo género, y así reciban amor, cuidado, una educación y posibilidades de ser quien quieran ser en la vida? El Estado está en la obligación de proveer bienestar para los niños. El mundo no es perfecto, lamentablemente, y por supuesto que al no ser perfecto hay demasiadas injusticias proyectadas en la condición de los niños y de los jóvenes. Yo no creo que la alternativa sea enfrentar una tragedia como es la soledad de un niño colocándolo en los brazos de parejas del mismo sexo. No descalifico la capacidad de amor de ningún ser humano, pero creo que los niños tienen derecho a crecer amparados por un matrimonio en el que haya papá y mamá. Lo ideal es que ese bienestar les sea provisto dentro de lo que yo considero el orden natural. Y no considero respeto por el orden natural que un niño tenga un papá y otro papá, o una mamá y otra mamá. ¿Qué haría si un hijo suyo fuera gay? No hay una evidencia científica sólida de que el homosexual nace y no se hace. Lo que sí tenemos suficiente sustento es que, efectivamente, el homosexual no nace, se hace. Y en eso inciden muchas circunstancias que no se pueden desconocer. Ámbito familiar, predisposición, inducción manifiesta de personas adultas. Muchas personas que transitan por el camino de la homosexualidad, evidencian que no fueron tratadas con dignidad cuando eran niños o niñas y que una experiencia desordenada de un adulto en contra de ellos terminó desencausándolos y destruyendo su identidad natural. En el ambiente del hogar los padres tenemos la responsabilidad de afirmar el carácter femenino de nuestras hijas y el carácter masculino de nuestros hijos. Esto se hace con el referente ejemplar de un padre que funciona como padre, y de una madre que funciona como madre. Se hace a–fir–man–do su carácter, su identidad y su género masculino o femenino. ¿Y cómo hizo usted si su papá se desapareció cuando su mamá estaba embarazada? Soy hijo de una madre soltera. Mi madre suplió maravillosamente la bendición de proveerme amor, autoridad, disciplina y motivación para la vida. Siempre entendimos que éramos una familia con ausencia de padre, solo con presencia de madre, pero en la que nuestra fe cristiana y nuestro compromiso de salir adelante nos afirmó en todas las áreas de la vida. (Mi hermano menor y yo) Jamás pusimos en discusión que éramos varones y varones seríamos siempre. ¿Y por qué si su madre –soltera– pudo afirmar su masculinidad, no podrían hacerlo dos mamás? Volvemos al tema del matrimonio y el referente que permite el crecimiento emocional y espiritual de un niño o una niña, y para que ese referente de equilibrio emocional se dé, se necesita del componente masculino y el componente femenino en perfecto complemento natural, emocional y espiritual de un papá y de una mamá. Sin lugar a dudas podrán darse excepciones, nadie discute eso. Pero es que ese no es el meollo del asunto. El meollo del asunto es que nosotros, en sociedad, no podemos abordar como natural lo que no es natural. La bendición de la procreación y la extensión de la vida no se da entre parejas del mismo sexo, y de entrada eso refleja que ahí hay una relación y una manifestación que desborda el orden natural que en mi opinión lo violenta, lo desconoce. Marco Fidel Ramirez, Concejal, Kienyke Comienzo a sentir que estamos dando vueltas. El concejal de la familia evade mis preguntas escabulléndose en adjetivos y pomposas palabras repitiendo su discurso del derecho a la vida, la familia y los valores morales en un loop infinito que comienza a darme sueño. Pero aún no he terminado y le muestro un vídeo de pocos segundos que grabó el actor Andrés Parra para su cuenta de Instagram. En él aparece un primer plano de su cara en blanco y negro, y con el acento de un hombre humilde le pregunta al Concejal: “Esculpe, señor Marco Fidel. Yo a veces cuando hago popó, me hace dar cosquillas en el placer. ¿Qué debo de hacer?” —¿Qué fue lo que dijo? —Me pregunta Marco Fidel. Yo le subo el volumen a mi celular y se lo acerco a la oreja. Estoy esperando su reacción. “Esculpe, señor Marco Fidel. Yo a veces cuando hago popó, me hace dar cosquillas en el placer. ¿Qué debo hacer?” El Concejal de la familia vuelve a bajar la cara mirando su plato de sopa y se le escapa un: “Una locura”, y luego dice: —Sin comentarios. @Virginia_Mayer
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