La batalla de Viviane Morales empezó hace más de 6 meses, desde que la Corte Constitucional aprobó la Adopción igualitaria sin restricciones. Desde entonces la senadora liberal emprendió la titánica tarea de lograr que se aprobara un referendo para que, en las urnas, los colombianos dijeran si estaba de acuerdo o no con que parejas de homosexuales, viudas y viudos o solteros pudieran adoptar niños.
El miércoles 10 de mayo se dio, en la Comisión primera de la Cámara de representantes, la que sería la última batalla alrededor del polémico proyecto. Durante algo más de 8 horas se oyeron opiniones de distintos ponentes, a favor y contra. Para pasar y llegar a las urnas el referendo necesitaba ser aprobado con más de 18 votos a favor. Sólo consiguió 12. 20 fueron en contra. Parece que hasta aquí llegaba la idea. Moría en la comisión primera. O eso se podría creer.
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En realidad puede que aún haya una posibilidad. Al haberse archivado el proyecto, Viviane Morales y los demás promotores de la iniciativa podrían apelar. La ley 5 de 1992, que es el reglamento del senado, sería la que daría la posible tabla de salvación al referendo contra la adopción igualitaria.
De acuerdo con el artículo 166, “negado un proyecto en su totalidad o archivado indefinidamente, cualquier miembro de la Comisión o el autor del mismo, el Gobierno o el vocero de los proponentes en los casos de iniciativa popular, podrán apelar de la decisión ante la Plenaria de la respectiva Cámara. La Plenaria, previo informe de una Comisión Accidental, decidirá si acoge o rechaza la apelación.
En el primer evento la Presidencia remitirá el proyecto a otra Comisión Constitucional para que surta el trámite en primer debate, y en el último se procederá a su archivo”.En esa medida se plantean dos nuevas posibilidades: que se acepte la apelación o se niegue. Si se acepta, no significa que se le da vía libre al referendo. Lo que pasaría es que se sería estudiado nuevamente por una “comisión accidental”, diferente de en la que se hundió. De ellos sí dependería su aprobación. En esa nueva comisión se repetiría el mismo proceso: habrá que atender al ministerio público, a al defensoría, a los ponentes y a los opositores y luego votar. Si se hunde de nuevo, será definitivamente y nada se podrá hacer. Si se niega la apelación, ya el proyecto estaría muerto. Lo que podrían hacer los promotores, en este caso, sería presentar una nueva iniciativa, diferente a la anterior, en el senado.
German Calderón España, abogado constitucionalista, dijo que “Hay una incertidumbre que no permite determinar con claridad si en el caso del referendo se pueda proceder el recurso de apelación”.Otra factor fundamental para que el referendo salga de su estado crítico actual es el tiempo. La legislatura actual termina el 20 de junio. Quedan cinco semanas para que se den, como mínimo 2 debates. Parece que no va alcanzar, pues de acuerdo a Manuel Restrepo, profesor de derecho de la universidad del Rosario, el proceso es “engorroso”.