"Por mi familia firmo por Ordóñez”, es el nombre de la campaña que impulsa el comité encargado de recoger firmas para promover la candidatura presidencial de Alejandro Ordóñez. Deberán ser recolectados
360.000 apoyos y el exprocurador iría a primera vuelta solo. No obstante, no se descartan alianzas o algún tipo de coaliciones para la segunda, quizás con sectores que respaldaron el No en el plebiscito del 2 de octubre de 2016, que buscaba refrendar el Acuerdo de Paz con las Farc. Es por eso que en junio pasado, cuando se inscribió de manera formal el comité, Ordóñez también presentó a una persona que lo ha venido acompañando en los últimos meses y que será trascendental para su aspiración. Se trata de David Name Orozco, su fórmula vicepresidencial.
David Name tiene 48 años y es natal de Barranquilla, heredero de una familia de tradición política del Caribe colombiano. Es hijo del empresario David Name Terán, primo del actual senador de La U, José David Name Cardozo y sobrino del fallecido José Name Terán.
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Es
arquitecto de profesión de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos, con más de 20 años de experiencia en infraestructura, urbanismo y empresas. Tiene una licenciatura en teología pastoral del Seminario Teológico John Knox y es fundador del movimiento
Protegiendo a la familia y del Ministerio Profético Dunamis junto a su esposa, la abogada Diana García Borelly. Juntos hacen parte del Ministerio Internacional El Rey Jesús en la ciudad de Miami, Florida. También es presidente de Atlántico para Cristo, un movimiento para capacitar a iglesias y pastores.
La firme convicción de David Name será tener a la familia como eje transversal de las políticas públicas. En entrevista con
Kienyke.com habla de su ingreso a la política, el día que dejó de ser ateo, la relación política-religión, el Acuerdo de Paz con las Farc y cómo analiza asuntos espinosos como el matrimonio y la adopción por parte de parejas homosexuales.
David Name, fórmula vicepresidencial de Alejandro Ordóñez
¿Cómo incursionó en la política?
A pesar de que mi familia tiene políticos de trayectoria, nunca me había interesado, primero porque vivía fuera del país y segundo porque cuando volví me dediqué a lo mío, la arquitectura.
Con la seguridad democrática del expresidente Álvaro Uribe Vélez vi que habían garantías para volver, eso me hizo regresar en 2008 para aportar desde mi experiencia profesional. Pero en 2015 hubo algo que sentí muy fuerte, que habían muchas cosas que se estaban desdibujando en el país y creí que podía hacer algo en mi deber como ciudadano. Entré a impulsar las candidaturas de varias personas en la Asamblea y en el Concejo de Barranquilla pero finalmente no quedaron.
Con ese activismo político y teniendo en cuenta la falta de moral y principios fundé el movimiento Protegiendo la Familia, me convertí en un activista de reconocimiento nacional.
Entonces, ¿cómo trabajaría por la familia?
Hay deterioro. ¿Hace cuánto no dan urbanidad en los colegios? Eso en ningún instituto de educación lo imparten, y se debe establecer otra vez porque es desde la niñez donde se forja un buen ciudadano. Ahí vamos a empezar a ver una transformación de una Colombia con valores y principios. La idea de esta candidatura es que la familia esté en todas las políticas públicas.
¿Cómo se convirtió en pastor?
Llegué como muchas personas, que dicen que no creen en Dios. Tuve un encuentro sobrenatural, en 1994 estuve al borde la muerte luego de una peritonitis y conocí las puertas del cielo. Ahí es cuando me doy cuenta de que Dios existe. Mi vida cambió en ese momento, porque pensaba que la gente necesitaba una excusa para creer. Él me dio una oportunidad en la tierra y empecé un andar espiritual, en el 2015 fundé el movimiento Protegiendo a la familia.
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Foto: Twitter[/caption]
¿Cómo fue el acercamiento con el exprocurador Alejandro Ordóñez?
Me llamó la atención que fuera un católico real, que hacía lo que pensaba. Vi que coincidía con mi criterio de cristiano, de coherencia de vida. Cuando en agosto del año pasado se levantaron las familias colombianas, me sorprendió ver cómo monjas y sacerdotes se unían con pastores cristianos y evangélicos, marchaban juntos. Él estaba en esa lucha y luego, cuando salió de la Procuraduría, lo abordé justo el 3 de octubre, un día después del plebiscito. Estaba convencido de que teníamos que hacer algo, ni él ni yo sabíamos cómo hacerlo, pero teníamos claro que había que tomar una decisión a favor del no. Empezamos a establecer una relación para construir la Colombia que queremos.
¿Qué análisis tiene sobre los que dicen que la política y la religión no deben ir de la mano?
Estados Unidos precisamente ha demostrado que la política y la religión deben ir de la mano. Es una potencia que precisamente ha puesto a Dios por encima de todo, está en los himnos, cada vez que el presidente da una intervención dice 'Dios bendiga a América'. De hecho, nuestra Constitución lo establece, el preámbulo dice que se invoca la protección de Dios. Es cuestión de mediar, cuando lleguemos nosotros al gobierno, no vamos a gobernar con la Biblia debajo del brazo pero sí vamos a tener la claridad de que arriba hay alguien que nos está protegiendo, para asimismo proteger a los colombianos.
No vamos a ser el presidente y el vicepresidente de los cristianos o de los católicos, vamos a ser el presidente y el vicepresidente de todos los colombianos. También vamos a respetar los derechos civiles de los ateos.
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¿Cómo manejar asuntos polémicos como el matrimonio homosexual o la adopción por parte de parejas del mismo sexo?
Son cosas que se tendrán que revisar, porque hay derechos civiles que hay que tener en cuenta. Primero tenemos que preservar la vida de los colombianos, incluso de aquellos que tienen prácticas diferentes a las nuestras. Veremos qué habría que hacer.
¿Qué análisis hace del Acuerdo firmado entre el presidente Santos y las Farc?
Habrá que tomar decisiones y hacer revisiones. El doctor Ordóñez tiene no solo la autoridad, sino también la sabiduría para hacer lo que se tenga que hacer para el beneficio de Colombia.
¿Qué rescataría de ese Acuerdo de Paz?
En este momento lo único bueno es que los militares no están siendo mutilados por minas y bombas, pero ellos han puesto su vida y como verdaderos héroes de la patria han sido pisoteados; mientras enaltecen como héroes de la patria a los incorrectos. Este Acuerdo de Paz tiene una gran injusticia y una gran deuda con los militares que han defendido la Constitución y el pueblo.
¿Qué haría si no llegan al poder?
Continuar trabajando por una Colombia más justa. Pero le estamos apostando a ganar la presidencia y la vicepresidencia de Colombia. Estamos enfocando en eso toda nuestra fuerza espiritual y natural.