Las elecciones presidenciales cada vez están más cerca y empiezan con fuerza los vientos que auguran un panorama de enfrentamiento entre las principales fuerzas políticas del país. Sobre este evento, que define el futuro de Colombia por los próximos cuatro años, ha venido creciendo una desconfianza en algunos sectores por la presunta relación de Gustavo Petro e Indra, la compañía encargada del software electoral en este 2022.
Esta historia comenzó, luego de que el expresidente Andrés Pastrana señalara que el candidato presidencial del Pacto Histórico habría tenido una supuesta reunión en Madrid, España, “con el presidente de INDRA, contratista y proveedor de software de la Registraduría y el Consejo Nacional Electoral”. Esto, en el marco de una cita que tenía el político con algunos empresarios en dicha ciudad.
Sin embargo, al poco tiempo Blu Radio confirmó directamente con Indra la veracidad de dicha información, que terminó siendo desmentida parcialmente. De acuerdo con lo que dijo la compañía a la emisora, “no es posible que se dé dicho encuentro, ya que el CEO de la empresa, Marc Murtra, no está en España y se encuentra en Oriente Medio”. En todo caso, aseguraron que la reunión que se tendría con el candidato no sería de carácter privado y que la compañía estaba planteándose asistir con otro funcionario. La visita de Petro a Europa, la segunda en su campaña, culminó el pasado 5 de febrero.
La respuesta de la compañía, lejos de dar tranquilidad a Pastrana, avivó su desconfianza frente al tema, dejándole una inquietud que hasta el día de hoy sigue insistiendo para que sea resuelta por el registrador nacional, Alexander Vega: “¿Quién es ese funcionario y qué piensa discutir en la reunión con el señor Petro?”. Una incertidumbre que, al son de los vientos electorales, empieza a contagiar a fuerzas políticas contrarias al petrismo.
“¿Qué esconde el señor Registrador? Ayer salió a flote una cita de Gustavo Petro con Indra, que hoy pretenden tapar, y un contrato a dedo a esa empresa que podría afectar la pureza del voto y la legitimidad democrática de los próximos comicios. La democracia exige una respuesta”, señaló el exmandatario en su Twitter.
Dos caras de la moneda electoral
Paradójicamente, hasta hace algunos meses era Gustavo Petro y el Pacto Histórico quienes temían un fraude, como quedó evidenciado cuando el candidato del Pacto Histórico estuvo en conversaciones con el senador demócrata Bernie Sanders, para buscar la auditoría desde Estados Unidos del software electoral colombiano. Misión que, manifestó en septiembre de 2021, sería llevada a cabo por el Centro Carter.
Cabe mencionar que el Centro Carter es una prestigiosa organización sin ánimo de lucro, fundada en 1982 por el expresidente estadounidense Jimmy Carter, con el fin de ayudar en labores humanitarias como la búsqueda de la resolución de conflictos y la paz, el impulso de la democracia, los Derechos Humanos, la prevención y erradicación de enfermedades, así como también ha fungido como observador de procesos electorales.
No obstante, también hay que mencionar que en su historial tiene una polémica por la ocasión de 2012 en la que el mismo Carter señaló que “el sistema electoral venezolano es el mejor del mundo”, refiriéndose a la victoria de Chávez en 2006 e intentado hacer un llamado a la calma frente a un proceso que despertaba bastante sospechas en los sectores de oposición.
No obstante, ese temor de Petro parece haberse extinguido, ya que la Registraduría Nacional anunció que permitirá a cada partido tener su propio auditor en una mesa de vigilancia del software electoral, especialmente creada de cara a las elecciones. Incluso se dio a conocer un video en el que aparecen varios miembros del Pacto Histórico, señalando lo positivo de las acciones tomadas por la entidad en aras de la transparencia durante los comicios. Algo que, por otro lado, genera algo de escozor en los partidos contrarios (aún cuando todos tienen derecho a una plaza como auditores).
Lo cierto es que el miedo por el fraude en las elecciones no es algo nuevo, ni precisamente infundado (tanto de un lado como del otro). Un ejemplo claro de ello lo plasmó la periodista Paola Herrera en su columna para la revista Cambio, “Ojo con el fraude”, donde retomó un caso de fraude que en 2014 le costó tres curules en el Congreso al partido Mira. Una acción criminal que, precisamente, se dio a través del software electoral y que derivó entre otras cosas en la adquisición de un software propio para este 2022.
La periodista señala que en dichas elecciones legislativas se presentaron tres casos de alteración de los comicios: la infiltración de “códigos fantasmas” que habilitaron el anonimato de las personas que ingresaban a manipular el software, instalación de discos duros con “votos falsos cargados previamente a favor de candidatos y que se sumaban a los que el digitador iba ingresando a mano” y finalmente la instalación de “un chip multiplicador que hacía que por cada candidato que llevara un voto a favor, a otro le salieran dos”.
En todo caso, Paola Herrera se cuestiona si el nuevo software es tan fiable como asegura el registrador Vega, sobre todo porque aún no son muy claras las condiciones que rigen la relación entre la Registraduría e Indra. No obstante, la empresa ya respondió asegurando que su sistema está a la vanguardia “de los estándares más novedosos y seguros a nivel mundial”.
Señalan que su software electoral es confiable teniendo en cuenta los siguientes cinco puntos: la seguridad de que la información almacenada no puede ser alterada en ninguna parte del proceso, un avanzado sistema de autentificación y autorización que restringe el acceso a la información y los resultados, la garantía de la disponibilidad del servicio en todo momento durante el escrutinio, así como de la veracidad de la información gracias a técnicas de gestión de datos, y finalmente la trazabilidad del proceso, que es precisamente una de las grandes preocupaciones y un punto clave del fraude en 2014.
En todo caso, mientras Indra asegura la completa fiabilidad de su sistema y la Registraduría prende las velas de la paz con los partidos políticos, lo importante es no perder el norte y aprovechar todas las herramientas y posibilidades para evitar el fraude en 2022. Ocupar su debido lugar en el proceso de auditoría de los comicios, del software, garantizar desde su propio partido la no existencia de captación irregular de votos o aquellas trampas que se acostumbran cada cuatro años, tomarse en serio el papel de testigo electoral y denunciar todo lo irregular en cuanto se pueda. No está demás recordar que la democracia se construye entre todos.
