Siempre será fiel, habla lo necesario y disfruta de la sexualidad. Si el dueño de la novia robot se aburre, puede cambiarla por otra y no hay despecho ni celos. Este invento fue diseñado por el norteamericano Scott Maclean, quien ya lleva una relación de siete años con su robot. La novia se llama Roxxxy, pesa 27 kilos y está hecha de silicona hipoalergénica y pelo humano. No engorda, no envejece, puede hablar y, a diferencia de las muñecas inflables, disfruta en la cama como una mujer real. Para los hombres interesados en conseguir una Roxxxy, ésta tiene un valor de 10 mil dólares y pueden diseñarle el rostro, definir el color de ojos, de piel y de cabello.
El amor en una novia robot
Mar, 10/01/2012 - 10:34
Siempre será fiel, habla lo necesario y disfruta de la sexualidad. Si el dueño de la novia robot se aburre, puede cambiarla por otra y no hay despecho ni celos. Este invento fue diseñado por el nor